Publicado 14/02/2014 21:20

BREAKINGVIEWS-Argentina hace un doloroso intento por lidiar con la realidad económica

(El autor es un columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones expresadas son personales)

Por Martin Hutchinson

NUEVA YORK, 14 feb (Reuters Breakingviews) - El Gobierno de Argentina finalmente está intentando lidiar con la realidad económica. El jueves, el ministro de Economía Axel Kicillof presentó un nuevo índice de precios al consumidor que es más confiable que su antecesor.

No es perfecto -el 3,7 por ciento de inflación de enero sigue estando por debajo de las estimaciones privadas- pero es un buen comienzo que podría satisfacer al FMI y a los mercados internacionales. Sin embargo, hará más duras las negociaciones salariales.

Durante los último siete años, las estadísticas de precios al consumidor de Argentina han tenido poca relación con la realidad en las calles.

Por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) ubica la inflación anual cerca de un 10 por ciento, aunque las estimaciones de economistas privados la calculan hasta en un 30 por ciento.

El Gobierno de la presidenta Cristina Fernández ha intentado acallar las estimaciones privadas tomando acciones legales contra quienes las realicen. Eso llevó al FMI a censurar a Argentina por sus triquiñuelas estadísticas.

El nuevo índice, diseñado con la asesoría del FMI, es técnicamente superior. Incluye precios de unas 12.000 tiendas de todo el país, no sólo aquellas del área metropolitana de Buenos Aires. El primer intento por calcular las alzas de precio parece lo suficientemente convincente.

Pero enero fue un mes difícil para Argentina. El peso sufrió una fuerte devaluación y un sondeo de Reuters entre economistas privados argentinos estimó la inflación mensual en un 5,6 por ciento, o un 92 por ciento en términos anualizados.

Al menos el Gobierno está dando un gran paso en la dirección correcta. Sin embargo, la nueva metodología para medir la inflación traerá algunas desventajas: le complicará las cosas a los negociadores laborales en la discusión salarial anual de marzo, y también aumentará el costo de los bonos del Gobierno ligados a la inflación doméstica.

La propia Fernández no está del todo comprometida con una transparencia total. Por ejemplo, criticó a las cadenas de supermercados en un discurso el 13 de febrero por la "especulación" que habría provocado las recientes alzas de precios.

A pesar de todo, restablecer las relaciones con el FMI ayudará a Argentina en su objetivo de regresar a los mercados de capital internacionales. Los acercamientos para un acuerdo con el Club de París de acreedores también le darán una mano.

Esta nueva noticia no solucionará todos los problemas económicos de Argentina. Pero comparada con la intransigencia y la negación mostrada por Venezuela en su abordaje a la política económica, es una bocanada de aire fresco.