Actualizado 26/03/2008 21:48

Crónica Argentina(añadida).- El Gobierno mantiene el aumento de las retenciones mientras el campo endurece las protestas

El ministro de Seguridad y Justicia amenaza con "meter presos" a los productores que corten las carreteras a los camiones de mercancías


BUENOS AIRES, 26 Mar. (Del corresponsal de EUROPA PRESS Rafael Saralegui) -

El Gobierno argentino anunció hoy que seguirá adelante con el anunciado aumento del impuesto a las exportaciones de granos, pese a la decisión de las cuatro principales entidades agropecuarias de continuar con el paro en ese sector por tiempo indefinido y tras las protestas espontáneas, con cacerolada incluida, que surgieron el miércoles por la noche en la ciudad de Buenos Aires y en varias localidades del interior del país, tras las declaraciones realizadas por la presidenta, Cristina Fernández.

Después del discurso de la presidenta Fernández, que acusó a los productores agropecuarios de llevar adelante "los piquetes de la abundancia", en referencia a las ganancias que éstos obtuvieron en los últimos años, numerosos vecinos salieron a la calle en diferentes barrios para golpear cacerolas en apoyo a los productores del campo y en protesta por las declaraciones de la mandataria.

Luego los vecinos comenzaron a marchar hacia la histórica Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, mientras en otras ciudades como Córdoba, Mar del Plata y Tucumán, la gente también salió a la calle para apoyar a los productores, en lo que se convirtió en la peor protesta para el Gobierno desde que Cristina Fernández llegó al poder el 10 de diciembre pasado, cuando sucedió en el cargo a su marido, Néstor Kirchner.

Pasada la medianoche, los vecinos fueron desplazados por la fuerza de la Plaza de Mayo, tras la llegada de grupos piqueteros liderados por el ex funcionario del gobierno de Kirchner, Luis D'Elía, quienes a los golpes, ocuparon la parte central del paseo.

La protesta de los productores se inició cuando el ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció un aumento en las llamadas retenciones, el impuesto que pagan las exportaciones de girasol y soja, el principal cultivo de Argentina, responsable del 40 por ciento de las exportaciones agropecuarios del país sudamericano.

La protesta del campo consiste básicamente en la suspensión de los negocios agropecuarios, como la venta de hacienda, leche y de granos en los mercados, pese a que en los establecimientos agropecuarios las tareas siguen adelante con normalidad. La medida ha comenzado a afectar la provisión de alimentos, ya que los productores realizan piquetes en diversas rutas del interior del país.

El ministro de Seguridad y Justicia, Aníbal Fernández, amenazó con "meter presos" a los productores que impidan el paso de camiones con mercancías. En la ciudad de Junín se produjeron incidentes entre conductores de camiones y productores, tras lo cual se autorizó el paso de vehículos.

SIGUEN LAS RETENCIONES

El ministro Lousteau reiteró que el Gobierno no modificará las retenciones y dijo que sino existiera ese impuesto se duplicaría el precio de la carne vacuna, el pollo, la leche y el pan, todos productos de primera necesidad. Explicó que "el mundo tiene hoy el nivel de precios más alto desde 1945", y que en todos los países se está discutiendo "cómo la súper renta de estos productos se distribuye entre la gente".

"Acá lo que nadie está explicando es que sin las retenciones el aceite costaría un 300 por ciento más, la carne un 57 por ciento más, la leche un 64 por ciento más y así una larga lista", dijo a su vez el jefe de gabinete, Alberto Fernández. "Si cambiamos las retenciones los precios van a tender a subir", añadió.

El jefe de los ministros afirmó que lo que el Gobierno quiere "es encontrar la solución que le sirva a todos los argentinos, no que les sirva a estos neopiqueteros que están cortando rutas, están generando desabastecimiento, están tratando de generar el malestar de la gente".

Además, acusó a los dirigentes del campo de tener "una enorme responsabilidad en todo esto que ha pasado" y llamó a "calmar los ánimos" y "ordenarnos" para "entender lo que está pasando" y "tratar de ver cómo seguimos adelante".

RECLAMACIÓN DE LA OPOSICIÓN

Dirigentes de la oposición le reclamaron al Ejecutivo que dé marcha atrás en su decisión de aumentar las retenciones y que procure buscar una salida a la crisis. En medios locales, se mencionó que la Iglesia Católica podría hacer de mediadora entre el Gobierno y los dirigentes del campo.

La dirigente de la Coalición Cívica Margarita Stolbizer dijo que la Casa Rosada debe "dar marcha atrás con las medidas confiscatorias" y pidió que se convoque "a una mesa de diálogo social" con las entidades del agro para destrabar el conflicto con el sector.

"Exigimos al Gobierno nacional que dé marcha atrás con las últimas medidas confiscatorias de la riqueza nacional y de los trabajadores, y que convoque a una mesa de diálogo social con las organizaciones representativas de los productores agropecuarios", pidió la dirigente bonaerense.

Por último, el diputado nacional Francisco De Narváez, que se presentó en uno de los piquetes ruteros, recriminó a la presidenta Fernández por haber "exasperado el ánimo de la gente" con su discurso del martes por la tarde. "El discurso de la presidenta fue desafortunado", dijo De Narváez, quien sostuvo que "las palabras de Cristina Fernández, en lugar de construir un puente al diálogo, exasperaron el ánimo de la gente".