Publicado 03/01/2014 16:59

ENFOQUE-Argentina, en problemas para cumplir objetivo de aumentar cosecha en un 50 pct

* Expertos creen que la cifra planteada por el Gobierno es muy optimista

* Estancamiento de rendimientos atenta contra crecimiento de cosecha

* Sembrar más maíz, la propuesta de especialistas para aumentar volumen

Por Nicolás Misculin

BUENOS AIRES, 3 ene, 3 Ene. (Reuters/EP) -

- Argentina sueña con aumentar en un 50 por ciento su cosecha de granos para el 2020, pero las actuales condiciones de producción en el país sudamericano han puesto en riesgo ese objetivo y han añadido presión a un mercado internacional con una creciente demanda de alimentos.

La soja, el maíz y el trigo del país austral son cada vez más necesitados por China, Europa, África y otras naciones de América del Sur, pero la producción argentina prácticamente no ha crecido en los últimos años tras el salto que dio a comienzos de este siglo.

De acuerdo con las previsiones publicadas por el Gobierno argentino en el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA) presentado hace cerca de tres años, la potencia agrícola pasaría a producir 157,5 millones de toneladas de granos en siete años, un aumento cercano al 58 por ciento respecto de los 100 millones de toneladas del 2010.

El volumen, que se destinaría mayormente a la exportación, sería suficiente para alimentar a 745 millones de personas -Argentina tiene sólo 40 millones de habitantes- y, a precios del 2013, tendría un valor aproximado de 100.000 millones de dólares, según la asociación de productores CREA.

Sin embargo, si bien el potencial productivo del país no está puesto en duda, muchos consideran que para lograr esos objetivos habría que superar problemas tecnológicos, climáticos, políticos y macroeconómicos que actualmente parecen imposibles de salvar.

"Es muy poco probable que se pueda llegar a las metas establecidas. Si se analiza la situación en la actualidad, con prácticamente media década transitada (del plan PEA), nos encontramos con un claro estancamiento", señaló a Reuters Gustavo López, director de la consultora Agritrend y miembro de la fundación Producir Conservando.

En la campaña 2012/13, la producción total de granos de Argentina llegó a 105 millones de toneladas, según datos oficiales mirados con desconfianza por algunos analistas privados que consideran inferior la última cosecha.

Una alta inflación que afectó la competitividad del sector, una moneda local artificialmente fuerte, unos altos impuestos a la exportación y la dificultad para acceder a créditos baratos son algunos de los inconvenientes económicos que debe soportar el sector, según López.

En una reciente entrevista, Gustavo Grobocopatel, presidente del grupo Los Grobo, que explota miles de hectáreas en Argentina y Brasil, dijo que "ya casi no es rentable dedicarse a la agricultura por el aumento de los costos, los bajos rindes que generan las sequías y la presión impositiva".

Para el ciclo 2013/14, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) espera que Argentina logre una cosecha de soja de 54,5 millones de toneladas y una de maíz de 26 millones.

Si bien son niveles cercanos al techo histórico para los dos principales cultivos del país, no difieren demasiado de los volúmenes logrados en campañas agrícolas recientes, algo que para muchos está relacionado con la baja productividad de las tierras que más recientemente fueron incorporadas a la agricultura.

"El avance de la agricultura (en Argentina) se ha hecho sobre zonas agrícolas marginales. Esas áreas marginales son mucho más sensibles a las fluctuaciones del clima que el área núcleo. Y hoy hay mucha irregularidad en el clima", explicó el especialista climático Eduardo Sierra, asesor de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Lo que se conoce como zona núcleo es el área conformada por el norte de la provincia de Buenos Aires, el sudeste de Córdoba, el sur de Santa Fe y parte del sur de Entre Ríos.

FASE SECA

Sierra considera que el país ha ingresado recientemente en una fase de clima seco que podría prolongarse por décadas -la anterior fase seca comenzó a fin de la década de 1920 y terminó a mediados de los años 70- como consecuencia de cambios en la actividad solar y de oscilaciones climáticas en los océanos Atlántico y Pacífico.

El cambio climático también es un factor que profundizaría este proceso, que ahondará las sequías como las que produjo en temporadas recientes el fenómeno La Niña y debilitaría El Niño, su contracara que suele provocar abundantes lluvias.

La menor humedad, que afectaría principalmente a las regiones agrícolas marginales, se sumaría así a las dificultades que encuentran las semillas de soja para seguir mejorando los rendimientos ante la mayor resistencia de enfermedades y malezas a los agroquímicos.

"Yo me declaro escéptico (sobre los objetivos del PEA), porque creo que en este momento la tecnología lo que está haciendo en el mundo es mantener los rindes. Los rindes de soja tienen una leve tendencia negativa en el país", añadió el experto, que es docente de la Universidad de Buenos Aires.

Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, y el tercero del poroto sin procesar y de maíz.

MÁS MAÍZ

En su plan, el Gobierno no especifica cuál será el crecimiento que tendrá cada cultivo para llegar al total de 157,5 millones de toneladas, pero los especialistas señalan que para lograr ese objetivo el área destinada al maíz debería crecer dramáticamente frente a la de soja, el principal cultivo del país.

Como la superficie disponible para incorporar a la actividad agrícola es exigua en el país, el incremento en la cosecha tendrá que ser consecuencia de una mayor productividad por hectárea. Y para eso se necesita más maíz, que rinde 2,5 veces lo que se logra por cada hectárea la soja.

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Producción y rendimientos de soja y maíz de Argentina:

http://link.reuters.com/jup75v

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El plan PEA prevé que el área de Argentina dedicada a la siembra de granos llegue a 42 millones de hectáreas en el 2020, desde los 33 millones del 2010.

"Creo que deberíamos tener una superficie de maíz que duplique a la actual", dijo Alberto Morelli, vicepresidente segundo de Maizar, una entidad que agrupa a toda la cadena del cereal.

Un problema que se plantea en este punto es el de los costos: sembrar soja resulta más barato para los productores. Si bien los números varían de acuerdo con la región y la inversión prevista por el agricultor, por lo general el maíz necesita más fertilizantes y agroquímicos que la soja.

Otro problema es el de las regulaciones que el Gobierno sostiene para el maíz y el trigo.

Aunque las exportaciones de todos los principales granos del país están gravadas por el fisco, los embarques de los dos cereales están además restringidos por el Gobierno para garantizar la oferta interna de esos granos, lo que dificulta la planificación de las ventas y despierta desconfianza entre los agricultores.

Finalmente, muchos dudan de que un incremento en la producción de maíz sea bienvenido en los mercados internacionales, donde el precio del cereal se muestra menos atractivo que el de la oleaginosa.

"El mercado hoy está demandando mucha soja, creció mucho el consumo y la oferta está centralizada en tres países (por Estados Unidos, Brasil y Argentina)", dijo Lorena D'Angelo, analista de mercado de la consultora Fyo.com.

La especialista vaticinó para el corto plazo un aumento en la producción argentina de soja por la escasez de oferta mundial y también una mayor demanda de los países asiáticos.

"Pero que no se puedan alcanzar los pronósticos del PEA es por temas de política agropecuaria y no tanto por mercados: con la actual política no se impulsa la siembra del cereal para que se produzca volumen y se pueda agregar valor internamente para exportar otro tipo de productos", añadió D'Angelo.

OTRAS PERSPECTIVAS

El Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI), que está conformado por las principales bolsas de cereales y entidades de comercializadores de granos del país, señaló en un reciente trabajo que para la campaña 2022/23 Argentina alcanzaría una cosecha total de 128,4 millones de toneladas.

De acuerdo con los guarismos del organismo, ese volumen se lograría principalmente gracias a un crecimiento en la cosecha de soja, que pegaría un salto del 32,6 por ciento para llegar a 64,3 millones de toneladas en la temporada 2022/23.

La producción de maíz subiría un 20,7 por ciento a casi 29,9 millones de toneladas y la de trigo un 49,6 por ciento a 14,7 millones de toneladas.

"No hay que frenar la siembra de soja, pero sí modificar su peso relativo", destacó recientemente el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela.

Para el especialista Gustavo López, la clave para aumentar la producción de granos pasa por tener marcos políticos y jurídicos estables, eliminar impuestos a la exportación, refrenar la intervención estatal en los mercados y mejorar la infraestructura de transporte y almacenaje.

Desde su punto de vista, la producción argentina de granos será de 135 millones de toneladas en el 2020, una cifra que sólo podría aumentar con un clima óptimo que no está pronosticado por los expertos.

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