LA PAZ, 30 May. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó ayer los hechos de violencia y racismo que ocurrieron el pasado 24 de mayo en la ciudad de Sucre, y demandó a las autoridades bolivianas a realizar una exhaustiva investigación y sancionar a los responsables.
El pasado sábado, el presidente de Bolivia, Evo Morales, se vio obligado a suspender un acto en Sucre debido a las violentas protestas que tuvieron lugar en las proximidades del estadio Patria. Los incidentes comenzaron la noche anterior, cuando habitantes de Sucre, armados de palos, piedras y cartuchos de dinamita, iniciaron una "vigilia" en el aeropuerto de la ciudad y el estadio.
La protesta de opositores y estudiantes derivó en una ola de violencia entre policías, militares y campesinos que se concentraron para recibir a Morales, según informa la Agencia Boliviana de Información (ABI).
En ese contexto, la CIDH afirmó que lamenta y condena "enfáticamente" estas agresiones, y repudia su carácter "racista y discriminatorio".
Según la información y las imágenes de video a las que tuvo acceso la CIDH, los campesinos y los indígenas fueron insultados con calificativos racistas, pateados y golpeados con palos, obligados a arrodillarse en la Plaza 25 de Mayo, humillados de diversas formas, y despojados de documentos, dinero y ropa. Además, más de 20 personas resultaron heridas.
En este sentido, la CIDH hace un llamado al diálogo sobre la base de la tolerancia y el respeto de los Derechos Humanos. "La Comisión Interamericana insta a las autoridades judiciales a iniciar de manera urgente investigaciones independientes e imparciales a fin de esclarecer los hechos", señala el pronunciamiento.
Asimismo demanda identificar y sancionar a los responsables y reparar los daños morales y materiales a las víctimas de estos hechos.