Actualizado 29/04/2014 21:19

Los soldados bolivianos descartan el diálogo con las FFAA

Militares bolivianos de bajo rango.
Foto: REUTERS

LA PAZ, 29 Abr. (Notimérica/EP) -

   Los representantes de los militares de bajo rango de Bolivia han respondido a la invitación de diálogo realizada por el Alto Mando Militar asegurando que será estudiada, pero que, de momento, seguirán con sus movilizaciones por La Paz.

   "El Alto Mando Militar tiene la voluntad de apertura necesaria y correspondiente para atender algunos requerimientos y solicitudes que han presentado, ahora sí, por el conducto regular y la cadena de mando", ha comunicado el jefe de Estado Mayor, el general Fernando Aramayo, quien ha descartado, por otro lado, que los suboficiales y sargentos hayan incurrido en un delito de sedición.

   El dirigente militar ha añadido que las negociaciones estarán enfocadas en la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFA) y en los "retiros obligatorios", impuestos la pasada semana a 715 efectivos militares por los delitos de sedición y amotinamiento.

   "Conversaremos con quienes están designados por jerarquía y conducto regular. Ahora, si quieren venir, los movilizados deberán hacerlo con disciplina y orden", ha precisado Aramayo, tal y como ha reflejado el diario boliviano 'La Razón'.

LAS MOVILIZACIONES CONTINUARÁN

   Sin embargo, la propuesta del Alto Mando Militar puede haber caído en saco roto, pues como ha asegurado el suboficial Erick Magne, dicha invitación no ha llegado de manera oficial, por lo que descarta, de momento, su comparecencia en esos diálogos.

   Magne ha confirmado que sigue en pie la nueva jornada de movilizaciones para este martes en La Paz y solo después de ella se barajará la posibilidad de sentarse a negociar con la cúpula militar.

   Las manifestaciones han sido convocadas, no ya solo para exigir una mejora sustancial de su situación laboral, sino también como protesta por los centenares de ceses que sus compañeros han sufrido desde que se iniciaran las protestas, hace una semana. Tratar el tema directamente con el presidente de Bolivia, Evo Morales, es otra de las peticiones de los militares.

   Las movilizaciones de este martes contarán de nuevo con la presencia en la vanguardia de al menos 100 ponchos rojos, reservistas campesinos de origen indígena que desde un principio se han solidarizado con la causa de sus compañeros militares, aunque en esta ocasión marcharán menos efectivos que en jornadas anteriores.

REACCIONES DEL GOBIERNO

   El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, ha explicado que la decisión de los militares de reivindicar la mejora de sus derechos por la vía de la protesta es errónea, pues "no hay nada más equivocado para un grupo de Fuerzas Armadas que utilizar el camino de la sedición".

   Por su parte, la ministra de Justicia, Sandra Gutiérrez, ha advertido de que, en caso de que continuasen las movilizaciones, los suboficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas podrían verse relacionados en procesos militares por sedición, aunque ha matizado que la principal vía de solución que busca el Gobierno está enfocada al diálogo.

"DESCOLONIZACIÓN" EN EL EJÉRCITO

   Hace una semana, unos 1.000 efectivos militares de baja categoría salieron a las calles para exigir la "descolonización" del Ejército que las nuevas leyes del país recogen como medida para reconocer de forma real los derechos de los ciudadanos indígenas, quienes suponen, según cifras oficiales, casi un 70 por ciento del total de la población del país andino.

   Los soldados desfilaron sin permiso por las calles de La Paz durante la semana pasada para reivindicar las mejoras laborales, profesionales y sociales a las que el resto de la institución sí puede tener acceso, como señala la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFA), vigente desde 2010 y en la que se aborda la problemática del racismo en las filas castrenses.

   Sin embargo, han pasado casi cuatro años y la situación para los pelotones formados por soldados de menor rango militar, apenas ha cambiado, lo que ha provocado que cerca de un millar de los efectivos de esta categoría, de los más de 9.000 que existen actualmente, salgan a las calles a protestar.

   "Hemos sido víctimas de toda forma de discriminación, perjuicios de superioridad, racismo y explotación por parte de oficiales de las Fuerzas Armadas, así como de desigualdad en el acceso a los servicios de salud y viviendas", denunciaron a través de un comunicado los militares en huelga.

LAS PROPUESTAS DE LAS FFAA, INSUFICIENTES

   Hasta el momento las mejoras salariales y de funciones laborales propuestas por el Alto Mando de las Fuerzas Armadas para frenar las protestas han resultado infructuosas. Las reformas, presentadas por el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, han sido rechazadas, al igual que cualquier tipo de "trato" con el canciller boliviano.

   "Los suboficiales y sargentos hasta ahora tienen la posibilidad de formarse como técnicos superiores en la Escuela Militar de Ingeniería, pero se tomó una determinación y a partir de 2015 ellos también podrán habilitarse y optar por una carrera de licenciatura en la ingeniería que ellos elijan", confirmó Saavedra, quien también anunció mejoras en la "curva salarial" a favor de los huelguistas, así como en la situación de la mujer, siempre más vulnerable en este tipo de instituciones tradicionalmente machistas.

   La disminución de los años de "servicio de guardia" de 25 a 20; la distribución equitativa de viviendas militares; la igualdad de derechos en la atención médica; el respeto y consideración por parte del superior al subalterno para que no hayan abusos; o la inclusión de sargentos y suboficiales abogados en tribunales militares, fueron otras medidas presentadas.

   Los soldados movilizados han confirmado que buscan una reunión con Morales, quien, de momento, no se ha manifestado al respecto. Una situación que podría variar en las próximas fechas, teniendo en cuenta que dentro de seis meses se celebrarán elecciones presidenciales a las cuales el actual jefe del Estado se presentará, y más sabiendo de sus últimas y efectivas participaciones en situaciones complicadas, como la crisis minera o el incremento del salario mínimo.