Actualizado 25/10/2007 00:50

España.-Ayuntamiento de Vigo atribuye la actuación policial en el bar de la boliviana al ruido y rechaza causas racistas

El concejal de Seguridad hablará mañana con los agentes implicados en los hechos


VIGO, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -

El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Vigo, Xulio Calviño, descartó hoy un "componente racista" en la actuación policial efectuada el pasado día 13 en el bar de la boliviana Lizbeth Castro, que denunció judicialmente la supuesta agresión de un agente, y explicó que la presencia de las fuerzas de seguridad se debió a la existencia de varias denuncias vecinales por el ruido en el local, al tiempo que descartó que hubiese una actuación violenta.

En una rueda de prensa, Calviño avaló la actuación policial al considerar que "la Policía Local actuó como tenía que actuar en función de la legalidad" que, según él, incumplía de forma "clara" el establecimiento. Así, informó de que, a pesar de que la mujer denunciante de las agresiones afirmó haber sido golpeada por una puerta a la que un agente había dado un puñetazo previamente, "en el atestado no aparece ningún tipo de violencia" en ese sentido.

Por ello, aseguró que en la intervención "no hubo más violencia más allá del requisito legal", en referencia a que se esposó a los detenidos "según el protocolo obligado en estos casos".

Calviño explicó que, según la versión policial, alrededor de las 00.13 horas del 14 de octubre, varios vecinos del primer piso en el que se ubica el bar Sol y Luna denunciaron ante la policía la existencia de ruidos de música y fiesta en el local, por lo que una patrulla acudió al lugar, alrededor de las 00.30 horas, y requirió a la persona que regenta el establecimiento la documentación, al igual que se efectúa en el resto de casos de denuncias con ruido.

El edil explicó que, ante la negativa esta mujer, Lizbeth Castro, y de su marido, a entregar la documentación del bar, y tras, supuestamente, increpar, amenazar con palabras "muy graves" y agredir a uno de los policías, éstos fueron detenidos, junto a la hermana de Castro, que, al parecer, también insultó a los agentes y se negó a entregar la documentación.

AGENTE LESIONADO.

Asimismo, destacó que en el local había unos 15 clientes, por lo que, debido a la situación de "tensión" que se generó, los efectivos pidieron refuerzos, por lo que acudieron dos patrullas más. Calviño aseguró haber escuchado las grabaciones de las llamadas de los vecinos, quejándose del ruido, y de los policías que pidieron la presencia de más dotaciones.

Además, Calviño explicó que, una vez detenidos los individuos, antes de ser trasladados a la Comisaría de la Policía Nacional, se les llevó al centro de urgencias de la calle Bolivia, donde se comprobó que no presentaban lesiones, mientras que a uno de los agentes sí se le identificaron "marcas de uñas y arañazos", de lo que existe un parte médico.

INVESTIGACIONES.

En sus declaraciones de hoy, Calviño afirmó que los agentes no han sido apartados de su actividad y explicó que todavía no ha hablado con los dos agentes actuantes en el suceso, puesto que hoy no estaban de servicio, y anunció que el superintendente y él mismo contactarán mañana con ellos para conocer su versión de los hechos. En este sentido, el edil confió en que sus declaraciones "no cambiarán sustancialmente" los datos del atestado aunque añadió que "se tomarán en cuenta".

Así, recordó que "existen dos investigaciones abiertas", una por la Policía Nacional y otra por el Juzgado de Instrucción Número Dos de la ciudad (donde la mujer denunció los hechos), y afirmó que el ayuntamiento "asumirá los resultados" de cada una de ellas.

También se refirió a la existencia de imágenes de lo ocurrido en la cafetería y afirmó que el propio atestado policial refleja que hubo clientes del establecimiento que grabaron y sacaron fotos con su móvil con las que, según añadió, "se espera que ayuden a esclarecer los hechos". Sin embargo Lizbeth Castro mantiene que estas pruebas ratificarían su versión.

ACTUACIONES ANTERIORES.

Además, Calviño aseguró que la cafetería Sol y Luna ha sido objeto de anteriores intervenciones policiales, tanto de los efectivos de la Nacional como de la Local.

Así, explicó que los vecinos de la zona denunciaron en diferentes ocasiones la existencia de ruidos procedentes del bar, tres denuncias en marzo, dos en abril, tres en mayo, una en julio y otra en agosto de este año. En cuanto a las mediciones sonométricas realizadas, en algunos casos se llegaron a registrar 50,7 decibelios, mientras que el máximo permitido por la noche está en 30.

Por otra parte, efectivos policiales también interpusieron, el pasado julio, una denuncia ante la negativa de la mujer a que se inspeccionase el local, ante la supuesta existencia de una zona anexa interior que se utilizaría a modo de pub, mientras que la licencia que posee es de café-bar sin música. En septiembre de este año, también se denunció el incumplimiento del horario estipulado para este tipo de locales.

A este respecto, Calviño manifestó que ninguno de los agentes que intervino en estas ocasiones coincide con la pareja que efectuó el atestado del pasado día 13.

Finalmente, a pesar de que quiso "aislar" los hechos de un "componente racista", explicó que dentro de 10 o 15 días se reunirá con mandos policiales y representantes sindicales en la policía con el objetivo de hacer que se investiguen "al máximo" todos los hechos de este tipo que vayan ocurriendo y aunque no existan denuncias judiciales al respecto, con el objetivo de que no queden "dudas de actuación", puesto que, según resaltó "la Policía es la principal interesada".