Actualizado 04/07/2014 17:32

El 13, el número de la suerte de la selección brasileña

Las supersticiones de la selección Canarinha
Foto: REUTERS

SAO PAULO, 4 Jul. (Notimérica/EP) -

   La selección brasileña a pesar de su tímida actuación en el Mundial ha logrado llegar a las cuartos de final, pero mucha gente no lo sabe que la 'Canarinha' fuera del campo lleva muy en serio algunos ritos y supersticiones que creen que son en 'empuje' discreto hacia la victoria.

   Cada jugador, así como el seleccionador, sigue su ritual antes de cada partida. Verdad o no, puede que las 'mandingas' (hechizos) tengan resultado bien para la verde y amarilla y la lleve de camino al hexacampeonato.

   Para comenzar el seleccionador Felipe Scolari, el Felipão, que no se desprende de su tradicional abrigo y por eso mismo no entra en campo sin su chaqueta.

   Neymar, una de las grandes estrellas de Brasil, no va a la cancha sin llamar a su padre y orar con él, además de que solo pisa el terreno del juego con el pié derecho, toca el césped y se bendice haciendo la señal de la cruz.

   Quién también sigue el rito de Neymar es Thiago Silva, pisando el campo con el pié derecho, toca el césped con la mano y se bendice tres veces con la señal de la cruz. Eso sí, antes de todo se arrodilla delante de su camisa y ora en el vestuario.

   La verdad es que parece que la selección brasileña es muy religiosa. El atacante Fred, lee partes de la Biblia antes de cada enfrentamiento.

   El que no sigue el ritual de la oración, pero encontró su manera de dar un empujón a la victoria es Luiz Gustavo, que desde la Copa de las Confederaciones, en el año pasado, lleva bigote porque cree que este estilo le ha dado suerte en la competición de 2013.

TEMOR AL BLANCO

   La creencia de la selección en las supersticiones llega al punto de que los jugadores no llevan nunca la camiseta blanca.

   En la final de 1958, Brasil jugaba con Suecia y, en aquellos tiempos, la selección visitante tenía prioridad en la elección del color de la camiseta -- hoy la FIFA decide con antelación -- y los suecos querían llevar una camiseta amarilla, así como los brasileños. Ante la intransigencia de los suecos se hizo un sorteo.

   En la votación Brasil salió perdiendo, de forma que le tocaba utilizar la camiseta de reserva: la blanca.

   La opción no les agradaba nada, ya que el historial de la selección era de partido con camiseta blanca, partido perdido. Así que quedaba la segunda opción de la reserva: la camiseta azul.

   El jefe de la delegación brasileña, Paulo Machado de Carvalho, intentando animar su equipo les dijo que el azul era como el "manto de Nuestra Señora Aparecida" --la patrona de Brasil-- con tal argumento los jugadores decidieron utilizar, pero tenían un pequeño problema no las encontraban en medio a tanto material y, al encontrarlas estaban todas sucias, pues habían sido usadas durante el entrenamiento.

   Ante los problemas, integrantes de la comisión técnica salieron a comprar camisetas azules en el comercio de Estocolmo. A las camisetas compradas tuvieron que coser el escudo de las camisetas oficiales.

   Así entró la camiseta azul (de la suerte) en la selección brasileña. En este partido Brasil ganó de 5 a 2, convencidos que el azul fue decisivo, tanto o más que los goles de las estrellas Pelé y Vavá y los regates de Mané Garrincha.

ZAGALO Y PARREIRA

   En el equipo de 1994, año en que Brasil fue tetracampeón, el encargado de la selección brasileña era el técnico Carlos Alberto Parreira, que contaba con la asistencia de Mário Jorge Lobo Zagalo.

   El equipo estaba plagado de jugadores ilustres como Cláudio Taffarel, Mauro Silva, Mazinho, Branco, Raí, Cafú, Romario, Bebeto, Dunga, Ronaldo y Leonardo.

   Aún así la selección no dejó de lado las supersticiones. Zagalo era el más supersticioso de la comisión técnica. Siempre llevaba consigo trébol de cuatro hojas y su número de suerte era el 13. Su superstición llegaba al extremo, tanto que la matrícula de su coche llevaba este número el 1313.

   Curiosamente el Mundial de 94 llevaba el número preferido de Zagalo, pero de forma ocultada ya que la suma del "nueve más cuatro es igual a 13", dijo Zagalo en una ocasión.

   Crédulos o no, en este año Brasil se llevó un título y ahora va caminando rumbo a un partido soñado y al que quiere llegar y salir como campeón el día 13 de julio. Ahora resta ver sí Zagalo sigue acompañando la selección y manda sus buenas vibraciones al equipo brasileño.