Actualizado 10/10/2007 06:54

Brasil.- Aumenta la tensión en el Senado brasileño debido a las peticiones de que su presidente deje el cargo

BRASILIA, 10 Oct. (EP/AP) -

La insistencia por la salida del cargo del presidente del Senado, Renan Calheiros, aumentó hoy cuando varios senadores de diferentes partidos, incluyendo del oficialismo, pidieron que el legislador se aparte de la dirección de la Cámara Alta.

Senadores de seis distintos grupos, tanto de oposición como del Partido de los Trabajadores (PT), del presidente, Luiz Inacio Lula da Silva, hasta hace poco aliados de Calheiros, se pronunciaron a favor de la salida del jefe de la Cámara Alta, acosado desde mayo por denuncias de corrupción.

Calheiros pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), integrante de la coalición de 11 grupos del Gobierno de Lula. El grupo de senadores, además, colgó una nota del Senado en su página de internet, en la que la Cámara dio de plazo hasta el 2 de noviembre para que se voten todas las peticiones para abrir juicios políticos a Calheiros por al menos cuatro distintas denuncias de irregularidades. Si no se votan, la oposición bloqueará todas las discusiones y votaciones de la Cámara, según los opositores citados en la nota del Senado.

La situación de Calheiros, un veterano político de 52 años, comenzó a resquebrajarse cuando miembros del PT dijeron en las últimas semanas que debía retirarse, aunque fuera temporalmente, de la presidencia del Senado, para permitir las investigaciones y a la vez reducir la tensión que vive el Senado. Calheiros es señalado casi mensualmente en la prensa por algún tipo de irregularidad, desde supuestamente aceptar sobornos de empresas privadas hasta espiar a sus colegas.

El presidente del Senado ha negado sistemáticamente cada denuncia, al igual que la posibilidad de renunciar a la presidencia del Senado alegando que eso sería admitir alguna responsabilidad o culpabilidad. Además, los problemas del senador se producen cuando el Gobierno está concentrado en conseguir del Congreso la aprobación para extender, hasta el 2011, el cobro de un impuesto de 0,38% sobre las operaciones bancarias, tasa que considera clave para las cuentas nacionales.

Con la oposición amenazando bloquear las sesiones y rechazar la prorrogación del impuesto, como medida de presión por la salida de Calheiros, algunos miembros del PT comenzaron a desligarse del presidente del Senado y sumarse a los pedidos de renuncia.