Actualizado 12/08/2008 20:27

Brasil.- Brasil, pionero en el uso de etanol, sugiere que los países reduzcan hasta un 30% su dependencia del petróleo


ZARAGOZA, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -

El coordinador de promoción de la agroenergía del Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento de Brasil, Tiago Quintela, recordó que este país es "pionero" en el uso de etanol como combustible y sugirió que todos los países reduzcan entre un 20 y un 30 por ciento su dependencia del petróleo. "No se puede sustituir todo el combustible fósil por bioenergía, pero creo que estos porcentajes son razonables".

Esta sugerencia la argumentó al señalar que reportaría beneficios tanto económicos, dado el alto precio que alcanza el barril de petróleo, como medioambientales por la elevada emisión de CO2 que emiten a la atmósfera los combustibles fósiles, como el petróleo.

En su exposición ante la Tribuna del Agua de la Expo 2008, que esta semana está dedicada a Brasil, relató que el precio del petróleo ha crecido de forma desmesurada y este incremento tiene un impacto en los productos de primera necesidad. Además, la búsqueda de nuevos yacimientos de petróleo ha supuesto que Brasil realice prospecciones a más de cinco kilómetros de profundidad.

Este elevado consumo del petróleo lo describió al aportar el dato de que hasta el año 1997 se consumió la misma cantidad que desde el 1997 hasta el 2004, lo que ha movido al Gobierno de Brasil buscar fórmulas para mitigar ese impacto y ahora se encuentra en una fase de uso de nuevos combustibles sostenibles con el medio ambiente.

Tiago Quintela defendió el uso de etanol como combustible en los vehículos, que en Brasil comenzó a utilizarse en 1975, lo que supuso "un gran impacto y ha convertido a Brasil en el principal productor mundial de este biocombustible".

800 MILLONES DE LITROS AL AÑO

En su intervención señaló que en la transformación se utiliza el tallo de la caña de azúcar, un producto muy extendido en Brasil y del que el 85 por ciento de la producción nacional se localiza "muy lejos del Amazonas", precisó en alusión a posibles daños en este ecosistema. En la actualidad, Brasil produce 800 millones de litros de etanol al año y apuntó que el objetivo para el 2013 es alcanzar los 2,4 billones de litros anuales.

Para que este combustible ecológico sea viable hay que "zonificar los riesgos climáticos de las áreas de cultivo y que el producto sea acorde con el entorno". En este sentido, explicó que la caña de azúcar precisa de agua pero tiene un sistema para retenerla ante etapas de sequía.

De este modo, la caña de azúcar no conlleva un impacto en los recursos hídricos y tras destacar la bondad de este cultivo en Brasil apuntó que el Gobierno brasileño dará a conocer en noviembre un estudio sobre la expansión y delimitación del cultivo de la caña de azúcar en el país carioca, que es el tercer cultivo más importante del país.

Ante el posible desequilibrio en los precios de los alimentos básicos que pueda producir la utilización de este producto como biocombustible, Tiago Quintela aseveró que "no faltan alimentos en el mundo, sino que ha habido una merma de las reservas que sumado al elevado precio del barril de petróleo ha incrementado los precios agrícolas en el ámbito del transporte y la logística".

No obstante, precisó que los países tienen que decidir si producen alimentos o combustibles y dijo que lo "positivo" de esta nueva fuente de recursos es que en la Unión Europea hay grandes áreas agrícolas en las que se produce biodiésel (oleaginosas como soja y girasol) y genera nuevas oportunidades de mercado".

En Brasil un 25 por ciento de los coches utilizan sólo etanol y otro 5 por ciento de los vehículos denominados "flex" pueden circular con etanol o gasolina indistintamente sin que se produzcan daños en el motor.

Ante el posible cambio de utilización energética que pudiera generar en el futuro la caña de azúcar por la gasolina y la consiguiente dependencia en Europa de los países productores de este cultivo, Quintela dijo que ese extremo no se llegará a producir porque "desde Brasil compartimos tecnología con países interesados en la producción de etanol".

Antes de concluir apuntó que el etanol es una "energía de transición", que a su parecer tendrá una vida de entre 70 y cien años, para dar paso a la utilización del hidrógeno como combustible.