Actualizado 14/04/2014 18:52

Brasil, un pueblo que hace las cosas "con el corazón"

EMBAJADOR DE BRASIL EN ESPAÑA
Foto: EMBAJADA DE BRASIL EN ESPAÑA

MADRID, (Notimérica/EP)

   En vísperas de la celebración de la Copa del Mundo de Fútbol en Brasil, el portal de noticias Notimérica.com editado por la agencia de noticias Europa Press, ha entrevistado al embajador de Brasil en España, Paulo Cesar de Oliveira Campos, con el que ha hablado de economía, del mundial de fútbol y sobre la forma en que los brasileños tienen de ver y vivir las cosas.

   El embajador, que define al pueblo brasileño como un pueblo que hace las cosas "con el corazón", ha hablado además sobre la relación entre Brasil y España, que actualmente es el segundo mayor inversor en Brasil, por detrás de los Estados Unidos.

   El puesto ocupado por España se mantiene ya hace algún tiempo ya que la crisis económica no ha frenado la voluntad de los inversores españoles de llegar al mercado brasileño.

   Según Campos, "la cuestión de la crisis no determina el flujo de inversión sino las oportunidades". En 2012 la inversión española presentó un descenso, pero en 2013 hubo una recuperación y para 2014 se esperan buenos resultados, según explica el diplomático brasileño.

   De acuerdo con el embajador, para que exista el interés en invertir  cuentan dos cosas: la capacidad de inversión y los proyectos, sean  privados o gubernamentales.

  "Por ejemplo, el Banco Santander y Telefónica no dependen del Gobierno. Iberdrola sí que depende de las políticas (gubernamentales) y de los proyectos que el Gobierno presente. El Santander no, porque abren capital, abren financiación y Telefónica depende de cómo se comporta el mercado", apunta.

   Este año (2014) seguirá siendo para Brasil un año de grandes proyectos y de acuerdo con el embajador, el volumen de inversión seguirá siendo importante; por eso para Brasil es interesante que España siga viéndolo como un valioso destino de inversión.

   En este sentido, Campos se ha referido a las inversiones realizadas en las infraestructuras de su país y explica que todas las que eran necesarias ya han sido ejecutadas.

   Asegura que Río de Janeiro también está haciendo importantes inversiones y obras, no sólo de cara al Mundial, sino también con vistas a la celebración de las Olimpiadas en 2016. Pero subraya que estos dos eventos no son las cosas que transforman Brasil, sino los grandes proyectos como aeropuertos, puertos, carreteras, o infraestructuras ferroviarias.

   "Estamos haciendo una cruz en los ferrocarriles de Brasil [conectando todos los puntos del país] para que la producción deje de ser transportada por camiones y pase a ser transportada en tren. Esto es una gran transformación estructural que está tomando forma, y dentro de dos años Brasil estará cortado por un ferrocarril que permitirá bajar el precio de la producción brasileña", destaca.

   Campos añade que el país sudamericano también tiene espacio para los pequeños inversores que actualmente se asocian a las empresas brasileñas para entrar en este mercado, y cita como ejemplo a la empresa alimentaria Calvo, que lleva a cabo la expansión de sus negocios en el estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil.

   Apoyado en este ejemplo el embajador explica que su país tiene un problema de dimensión ya que al ser un país tan grande los interesados en invertir deben de conocer los estados donde invertirán.

   "Una pequeña empresa normalmente tiene que entrar fuera del circuito Río-Sao Paulo, pues el precio de la instalación es muy caro". De esta forma, las pymes deben buscar las "ciudades menores, mercados más reducidos que posibiliten ampliar el mercado en Brasil".

   Así, el embajador añade que entrar en el mercado brasileño es fácil, pero hay que pelear porque la competencia es grande, destacando que en Brasil son 90 millones de consumidores y una población de 200 millones de personas, donde hay cabida para todo tipo de negocio, sobre todo los de tecnología.

   Además, explica que mientras que el consumo en España va disminuyendo, en Brasil es dinámico. "Uno va a un centro comercial en Brasil y cree que está en una fiesta de tanta gente que hay", señala.

   Respecto al comportamiento del español y del brasileño a la hora de encarar situaciones como una crisis económica, expone que el brasileño es optimista porque tiene un país rico en el que se convive con una riqueza natural.

   "Brasil es un gran productor de carne, de soja, de azúcar, café, pollo, coches, aviones. ¿Porqué no voy a ser optimista? No tengo porqué no serlo. Están pasando por una dificultad, pero no tengo elementos para juzgar al español porque creo que tienen su historia, su forma de ver el mundo y deberían ser optimistas, porque tienen una gran historia. Si fuera español tendría entusiasmo", confiesa el embajador.

COPA DEL MUNDO DE FÚTBOL Y TIEMPOS DIFÍCILES

   El embajador no se incomoda con las especulaciones de que Brasil puede pasar por malos momentos después del Mundial. Para él, la burbuja inmobiliaria de la que la prensa se hace eco no es una realidad.

   Y es que asegura que su país necesita viviendas, "tan verdad es, que el programa del Gobierno 'Mi Casa, Mi Vida' está construyendo dos millones de casas". Además, señala que actualmente presentan datos positivos como el superávit de exportación registrado este pasado mes de marzo y el pleno empleo.

   Con relación a este último punto, explica que Brasil podría tener dificultades para encontrar personal calificado, pero el Gobierno "inteligentemente" envió 100.000 alumnos para realizar Erasmus a través del programa gubernamental 'Ciencias Sin Fronteras'.

   Respecto al Mundial de fútbol, Campos explica que la economía brasileña obtendrá la inyección de 10 billones de reales -valor estimado basándose en el calculo de los turistas que pasarán por el país-.

   En cuanto al sector turístico, Campos señala que Brasil debe crecer, pues comparado a España recibe poco volumen de viajeros, acentuando que España recibe cerca de 52 millones de turistas al año en tanto que Brasil registra entre 4 y 5 millones.

   Aunque la cantidad de turistas no sea la deseada, Campos resalta que los que visitan su país luego deciden quedarse a vivir y dice desconocer la existencia de cualquier otro país que "tenga esta capacidad de atracción".

   De esta forma, la mejor manera de promover Brasil será el Mundial, en que la gente tendrá oportunidad de conocer su país durante la retransmisión de los partidos y del boca a boca.

   Para los turistas que pasen por Brasil, Campos afirma que se llevarán de su país la "alegría, las sorpresas... buenas sorpresas", y se muestra convencido de que la final del Mundial está garantizada para Brasil. "El título es nuestro", dice.

   "Enfrentar Brasil en el Maracanã no es fácil. España perdió la Copa de las Confederaciones en el momento en que empezó el himno de Brasil (...) El aspecto psicológico es muy importante. Quién entre allí a jugar con Brasil ya estará derrotado", señala.

   Respecto a la seguridad en el mundial, Campos dice que se ha invitado a efectivos de otros países para que ayuden en el trato con los aficionados extranjeros, porque entienden que nadie mejor que una persona del propio país para ayudarles y entender a estos aficionados.

   Preguntado sobre los retrasos en la obras para el Mundial, el diplomático explica que Brasil tiene otras formas de hacer las cosas y asegura que los estadios estarán listos, excepto el estadio donde jugará España, "porque no queremos que jueguen", dice bromeando entre risas.

   Para los brasileños lo importante es que las cosas salgan en el momento en que tengan que salir. "Somos seres humanos, personas que tenemos corazón y sensibilidad. Trabajamos con otros valores. Manejamos los temas con mucho corazón, con mucho amor. Así somos", concluye.