BRASILIA, 5 Jun. (Reuters/EP) -
El presidente de Brasil, Luiz Inácio 'Lula' da Silva, criticó hoy a quienes tratan de entrometerse en las políticas de ese país sobre la Amazonía y advirtió que no permitirá que nadie dicte las reglas a Brasil sobre esa cuestión.
Durante la inauguración de un acto con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, el mandatario brasileño estableció por decreto tres nuevas unidades de conservación en la mayor selva del mundo.
"De vez en cuando me quedo pensando que la Amazonia es como la pila de agua bendita que hay en la iglesia. Todo el mundo cree que puede meter el dedo", afirmó Lula, quien precisó que Brasil no se niega a recibir ayuda para la conservación del Amazonias y compartir los conocimientos que de ella se adquieran.
"No es que no queramos construir proyectos conjuntos. pero nosotros no podemos permitir que la gente trate de dictar las reglas de lo que tenemos que hacer en la Amazonia", subrayó.
Por otra parte, Lula criticó a los países del norte, aunque sin mencionarlos, a los que acusó de ser los principales responsables del calentamiento global causado por la emisión de dióxido de carbono que provocan el efecto invernadero, a las "personas que deforestaron lo que tenían y lo que no tenían. Personas que emiten CO2 como nadie".
El presidente defendió asimismo la actuación de su Gobierno en la defensa de la selva y afirmó que esas políticas han reducido el ritmo de deforestación en los últimos tres años, antes del brusco aumento detectado a partir de agosto de 2007.
"El dato concreto es que dentro del Gobierno, diría que dentro de la sociedad brasileña, ya hay conciencia de que no hay incompatibilidad alguna entre la combinación de desarrollo con la preservación ambiental", indicó Lula.
Sin embargo, reconoció que "todavía va a llevar un tiempo para que el pueblo brasileño aprenda que es una ventaja comparativa para Brasil que podamos decir que no deforestamos la Amazonia de forma predatoria".
Esta semana, el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) informó que, según datos satelitales, la Amazonia brasileña perdió 1.123 kilómetros cuadrados de selva sólo en abril, contra 145 kilómetros en marzo.
La mayor destrucción se produjo en el estado de Mato Grosso, cuyo gobernador, Blairo Maggi, es el mayor productor de soja del país y ha contestado los datos del INPE y las acusaciones contra la agroindustria.
Las unidades de conservación establecidas hoy corresponden a dos reservas de extracción controlada y un parque nacional, con un total de más de 2,6 millones de hectáreas.
Finalmente, Lula firmó un mensaje dirigido al Congreso con un proyecto de Ley que instituye la Política Nacional sobre Cambios de Clima, que servirá de guía al Plan Nacional sobre Cambio de Clima y otras acciones de conservación.