Actualizado 18/10/2007 03:49

Brasil.- Ocho miembros de Greenpeace retenidos por unos 300 leñadores en una localidad del Amazonas

BRASILIA, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -

Cerca de 300 leñadores tienen rodeados desde el pasado martes (hora local) a ocho miembros de la ONG ecologista Greenpeace en las oficinas de la agencia federal ambiental brasileña Ibama, que se encuentra protegida por la Policía y por soldados del Ejército, y les impiden salir de Castelo dos Sonhos, un pueblo situado en en el estado amazónico de Pará, en el Amazonas, según denunció hoy el grupo en un comunicado.

La región es parte del llamado "arco de destrucción", o el borde sureño de la selva que ha sufrido los peores efectos de la tala de los madereros. "La situación está más calmada ahora, enviaron a una comisión para reunirse con nosotros", declaró el jefe de la expedición de Greenpeace, Marcelo Marquesini, en una entrevista telefónica desde oficina del Ibama. "Les dije que hemos sido ilegalmente detenidos y ellos dijeron que nos dejarían ir pronto", agregó.

Marquesini aseguró que la situación se calmó después que el Ibama suspendiera el permiso que había conseguido Greenpeace para transportar un tronco de árbol quemado y derrumbado. El propósito de los activistas era transportar el tronco para exhibirlo en una presentación sobre la destrucción del Amazonas y su influencia en el calentamiento global, en Río de Janeiro y Sao Paulo.

"Esto es absolutamente escandaloso", denunció Maquesini. "El Estado brasileño no es capaz de, siquiera, intentar asegurar los derechos básicos constitucionales como la seguridad y la libertad de movimiento. En lugar de hacer frente a los madereros, el Gobierno ha cedido ante la ley de la masa", añadió. "Es vergonzoso que los leñadores, la mayoría involucrados en la tala ilegal, puedan detener a ocho personas a las que se les ha permitido llevarse un árbol muerto", continuó Maquesini.

PROTESTAS DE LOS MADEREROS

Una funcionaria del Ibama, que prefirió no identificarse por normas internas de la agencia, comentó que el permiso fue suspendido en un intento de resolver la situación. Según el diario local 'Jornal Provincia do Tapajos', los habitantes de la región están molestos porque Greenpeace retiró el tronco sin primero pedir permiso a las autoridades de la comunidad local.

"Cómo puede el Ibama permitir a Greenpeace hacer esta clase de extracción cuando ni siquiera es capaz de aprobar nuestro plan de administración", se quejó el líder comunitario Vilson Ketterman, consultado por el diario, que resaltó que, por ley, los madereros deben presentar al Ibama su planes de explotación mostrando que están de acuerdo con las normas ambientales.

Esos planes y licencias para transportar troncos son el principal medio de las autoridades brasileñas para controlar la explotación ilegal en el Amazonas. Marquesini manifestó que los madereros tenían el tronco y que le habían dicho que planeaban transformarlo en un monumento en la plaza central del pueblo. "Probablemente lo usen para conmemorar el día en que expulsaron a Greenpeace del pueblo", añadió.

DESTRUCCIÓN DE LA SELVA

La región alrededor de Castelo dos Sonhos tiene una larga historia de tensiones entre el Gobierno federal, los madereros y los ambientalistas. En 2005, la monja y activista estadounidense Dorothy Stang fue asesinada a tiros en la misma región por una disputa con unos residentes que querían talar una porción de selva, que ella intentaba preservar.

Greenpeace tampoco es bien recibido en la zona, donde han denunciado constantemente la tala ilegal, destinada a abrir espacio para sembrar soya. A comienzos de este año en otro pueblo, el director de la campaña amazónica de Greenpeace, Paulo Adario, estuvo retenido también durante 48 horas por los madereros y residentes, que querían impedir que el activista llevara a un reportero francés a una reserva indígena.

La exhibición tiene un gran apoyo en todo Brasil, y las autoridades de Río de Janeiro y Sao Paulo, ya habían confirmado su asistencia. La deforestación es responsable de tres cuartas partes de las emisiones de efecto invernadero de Brasil, y convierten a este país en la cuarta nación mas contaminante del mundo.