RÍO DE JANEIRO, 3 Jun. (Reuters/EP) -
Los habitantes de Río de Janeiro están menos seguros, y hay más víctimas inocentes de la acción policial contra las bandas delictivas que dominan muchas de sus favelas, según denunció ayer un informe de la ONU.
"La policía de Río mató 25 por ciento más personas en 2007 que en 2006", dijo el relator Especial del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre Ejecuciones Arbitrarias, Sumarias y Extrajudiciales, Philip Alston. El funcionario presentó un informe preliminar sobre la situación de Brasil en el área al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, tras visitar el país, a invitación del Gobierno, del 4 al 14 de noviembre.
Alston centró su informe de la jornada en el estado de Río de Janeiro, donde afirmó que la Policía fue el año pasado responsable por el 18 por ciento de los homicidios, "matando un promedio de tres personas por día". El funcionario indicó que "Río enfrenta enormes problemas con drogas, facciones criminales e inseguridad en general". "Una Policía eficaz es una necesidad crónica", agregó.
Sin embargo, comentó, la principal respuesta del Gobierno estatal "consiste en fuegos de artificio y muertes", divulgadas como una política pública de "confrontación". Alston subrayó que la Policía, en su combate a las bandas de narcotraficantes que dominan muchas de las más de 600 favelas de la ciudad, usa la metodología de operaciones en gran escala en las que participan cientos de agentes.
"Pero las operaciones, invariablemente, resultan en muchas muertes", afirmó, indicando que analizó de cerca una realizada en julio del 2007 en el complejo de favelas Alemao, donde la policía mató a 19 personas. Dejando de lado el hecho de que ningún Gobierno puede involucrarse "en matanzas ilegales", la cuestión real sería "si esas muertes alcanzaron sus objetivos declarados o si, esencialmente, enmascaran la omisión del Gobierno en el control del delito".
El informe indicó que la fuerza pública de Río abatió en 2007 a un 25 por ciento más personas que en el año anterior, mientras hubo una reducción del 16,9 por ciento en la cantidad de armas confiscadas y del 13,2 por ciento en los arrestos realizados, agregó.
"En otras palabras, los ciudadanos de Río están menos seguros, espectadores inocentes son heridos o muertos en 'confrontaciones' con la Policía, la policía ha fracasado en 'retomar' las favelas de las bandas, el número de delincuentes presos cayó y la cantidad de armas y drogas incautadas disminuyó", dijo Alston. "Resumiendo, la estrategia basada en la acción estatal de muertes extrajudiciales falló totalmente desde todos los puntos de vista", concluyó.