Actualizado 11/09/2007 20:11

Brasil.- El presidente del Senado brasileño asegura ser inocente de las acusaciones de corrupción


BRASILIA, 11 Sep. (EP/AP) -

El presidente del Senado brasileño, Renan Calheiros, que está procesado en un juicio político por ser sospechoso de corrupción, dijo hoy que es una víctima de los "excesos de la democracia", mientras que sus colegas ya debaten quién lo sucedería en la jefatura de la Cámara Alta en caso de resultar culpable.

Calheiros, que es miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), uno de los integrantes de la coalición en el Gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, será sometido mañana a un juicio político debido a las sospechas, iniciadas desde la prensa, de que aceptó entre 2004 y 2005 sobornos de unos 8.000 dólares (5.700 euros) al mes de una empresa privada de construcción a cambio de interceder por ella en los concursos de obras públicas.

Por las normas del Congreso brasileño, si una mayoría simple de los 81 senadores vota "sí" en el juicio, Calheiros quedará automáticamente expulsado del Congreso y con una prohibición de concurrir por dos mandados a cargos de elección popular, el máximo castigo del juicio político en Brasil. Pero Calheiros quedaría en el ostracismo político por más de una década porque la prohibición rige a partir del fin de un mandato y el del senador concluye en el 2011.

En caso que resulte absuelto, Calheiros deberá enfrentarse a otras tres peticiones de investigación y juicio político formuladas en el Congreso por los partidos de la oposición. "Todas las cartas están en la mesa, acusaciones precipitadas y sin pruebas, demolidas, una a una por explicaciones y documentos" que ha presentado en su defensa, dijo Calheiros en una carta abierta publicada el lunes en su página personal de Internet.

Agregó que su caso era producto de la "manipulación" de la opinión pública "por parte de sectores de la prensa y de grupos parroquiales" o políticos, que aunque no identificó, dijo que actuaban en su contra por "intereses inconfesables". "Fui víctima de los excesos de la democracia, pero ni por eso dejo de creer en esa misma democracia", dijo Calheiros para ratificar su inocencia

La opinión del Senado, al principio favorable a Calheiros, ha cambiado debido a que han surgido nuevas denuncias y muchos de sus colegas son favorables a la expulsión del presidente, incluyendo miembros del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, que ya discuten posibles nombres para suceder a Calheiros en la presidencia del Senado, la mayoría miembros de partidos aliados al Gobierno.

Lula, intentando alejar la crisis del Gobierno, ha dicho que el tema de Calheiros es un asunto que resuelve el Congreso, mientras en los últimos días se ha concentrado en enviar ministros al Congreso para defender la extensión del cobro de un impuesto sobre las operaciones bancarias, ingreso clave en el presupuesto del 2008, y que requiere el visto bueno del Senado.

Calheiros "es un cadáver político ambulante", dijo en conversación telefónica el senador Roberto Jefferson, del Partido Trabalhista Brasileiro (PTB), de la coalición en el Gobierno. Si Calheiros no es expulsado "será horrible, no se votará nada más este año y el Senado no valdrá un centavo ante los brasileños. La absolución será desastrosa".