MADRID, 21 Jun. (CHANCE) -
La Infanta Cristina reapareció ayer radiante y sonriente en su primer acto institucional desde 2011 y en plena polémica por la cadena de errores que llevaron a Hacienda a decir que había vendido 13 propiedades que ahora resulta que nunca fueron suyas.
El hijo de Doña Elena, Felipe Juan Froilán se convertía en su cómplice durante la ceremonia, con el que intercambió gestos de cariño, alejada de su padre y su hermano, los más estrictos en su posición.
Finalizada la ceremonia, los miembros de la Familia Real abandonaron el Palacio Real. El primero en hacerlo fue el Rey Juan Carlos, que fue despedido por el capellán de la Casa de su Majestad el Rey. Don Juan Carlos caminaba lentamente apoyándose en su bastón, aunque su evolución es notable sigue necesitando de éste.
A continuación salió la Infanta Cristina, con aspecto tranquilo y relajado, que se marchó acompañada por su asesor personal, Carlos García Revenga, quien sigue desempeñando sus funciones a pesar de su imputación en el 'caso Nóos'.
Poco a poco fueron desfilando el resto de vehículos en los que se dejaron ver Carlos de Borbón Dos Sicilias y su esposa, Ana de Orleans, Duques de Calabria, así como la Infanta Pilar, junto a sus dos hijos, Bruno y Fernando Gómez Acebo.
Felipe Juan Froilán, el único de los nietos presentes en el funeral, abandonaba el recinto solo, acompañado por sus escoltas. Por su parte la Reina Sofía aparecía acompañada por los Príncipes de Asturias. Mientras Don Felipe se sentaba en el asiento del copiloto, Doña Letizia hacía lo propio en el asiento trasero junto a su Majestad.
En ningún momento la familia ha coincidido a la salida del Palacio Real, parece que prefieren mantener la distancia para no comentar la situación en la que se encuentra la monarquía.
La Infanta Elena fue el último miembro de la Familia Real en abandonar el recinto, al volante de su propio vehículo, único miembro de la Familia Real que va al mando de su coche.
Éste ha sido el primer acto institucional de la Infanta Cristina desde 2011 junto al resto de miembros de la Familia Real, a excepción de su marido, Iñaki Urdangarín y en medio de la polémica por el error de Hacienda sobre sus trasmisiones patrimoniales.
La última vez que el Duque de Palma se dejaba ver cerca de la Familia Real fue el pasado noviembre, cuando acudía junto a su esposa a visitar a Don Juan Carlos, que permanecía ingresado en el Hospital San José como consecuencia de la operación de cadera a la que fue sometido. Están visita se producía unos días después de que la justicia solicitara para Iñaki Urdangarín una fianza de ocho millones de euros en el marco del 'caso Nóos'.
El Duque fue borrado de la web de Zarzuela. Desde entonces, mucho ha llovido. En enero, la Casa Real suprimió la "sección personal" con que contaba Iñaki Urdangarín en su web oficial en un intento por "marcar distancias" con el Duque de Palma, que debía declarar un mes más tarde ante el juez por las acusaciones contra él de desvío de fondos públicos a través del entramado de Nóos. Zarzuela ya había apartado a Urdangarín de su actividad institucional mucho antes de reconocer su conducta "no ejemplar".