Actualizado 05/07/2015 06:29

ANÁLISIS-Chilena Bachelet logra triunfo en impuestos pero pierde capacidad de maniobra en el camino

Por Antonio De la Jara y Rosalba O'Brien

SANTIAGO, 11 sep, 11 Sep. (Reuters/EP) -

- La presidenta chilena, Michelle Bachelet, logró esta semana un triunfo clave con la aprobación de la mayor reforma tributaria en tres décadas, pero en el proceso ha perdido capital político por una desaceleración económica y el lento avance de otras promesas.

La reforma es la clave para que la mandataria socialista pueda financiar otras ambiciosos cambios en el sistema educativo y de salud, en busca de reducir la desigualdad en uno de los países con peor distribución de la riqueza de Latinoamérica, una asignatura pendiente de Chile.

Después de haber convencido a empresarios y a la oposición política, su gobierno calcula que el plan tributario le dará 8.300 millones de dólares adicionales por año de recaudación hacia el 2018 -un 3 por ciento del PIB- para ayudar al país a cruzar el umbral del desarrollo.

"La reforma tributaria le dará sustentabilidad en el largo plazo a los cambios que el país necesita para atravesar ese mítico umbral del desarrollo", dijo el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, tras la aprobación.

Fue una victoria importante para Bachelet a solo seis meses de haber asumido. Pero ya hay nubarrones en el horizonte.

La desaceleración económica se ha profundizado en los últimos meses más de lo que esperaban las autoridades, en parte porque las compañías fueron más cautas en sus inversiones.

Y la oposición asegura que esa mayor cautela se debe a la reforma, que elimina un beneficio a la reinversión de utilidades, además de subir el impuesto a empresas del 20 hasta un 27 por ciento.

"Si bien es necesario recaudar, los mecanismos para esto están mal hechos y esto acrecenta la incertidumbre, cosa negativa para la inversión", dijo la diputada opositora Karla Rubillar.

Sea como sea, las expectativas macroeconómicas privadas han disminuido mientras que el desempleo ha aumentado.

La economía se expande a su menor ritmo en cuatro años y la desocupación ha subido en julio a un 6,5 por ciento frente al 5,7 por ciento del mismo mes del año pasado.

"Despejar la incertidumbre tributaria es una señal clave para que la actividad económica retome lo antes posible la senda del crecimiento en Chile", dijo Arenas.

Pero puede que no sea tan fácil. Sobre todo con un contexto internacional desafiante que ha golpeado el valor de las exportaciones de cobre, del que Chile es el mayor productor mundial.

¿FIN DE LA LUNA DE MIEL?

La situación económica se ha sumado a algunos indicios de inquietud social en uno de los países más estables de la región.

Los estudiantes han salido a las calles para demandar un avance en la reforma educativa y los trabajadores han reclamado mayor participación en la discusión de una reforma que pretende mejorar las condiciones laborales, prometida por Bachelet.

Aunque su aprobación es alta cuando se compara con otros presidentes de la región, Bachelet vio caer en agosto el apoyo a su gestión por debajo del 50 por ciento por primera vez desde que asumió, según la encuestadora Adimark.

"Creo que estamos en un momento en el que el propio Gobierno se está dando cuenta de que no tiene un ilimitado capital político para sacar adelante su agenda", dijo la analista Risa Grais-Targow de Eurasia Group.

En un intento por ser más eficaz que en su anterior Gobierno (2006-2010), Bachelet lanzó entre marzo y mayo un plan de más de 50 medidas prometidas en su campaña, pero sus principales ejes han sido ajustados, despertando confusión y diferencias dentro del propio oficialismo.

"Bachelet ha logrado terminar seis meses sin cambios de gabinete, sin crisis políticas", dijo el analista político Guillermo Holzmann de la Universidad de Valparaíso. "Pero eso no se va a mantener si no hace modificaciones".

La mandataria tiene que ajustar su forma de comunicar y abrir más el diálogo, según los observadores.

"Quizás las cosas hay que explicarlas mejor, más diálogo. Pero no por eso decaer en el impulso que significa cumplir con los compromisos", dijo el presidente del oficialista Partido Socialista, Osvaldo Andrade.

Como parte de la reforma educativa ya fueron enviados proyectos al Congreso que garantizan la gratuidad en la educación primaria y secundaria, además de eliminar los procesos de admisión.

Pero otras iniciativas como la educación universitaria gratuita se han demorado mientras las autoridades hacen declaraciones contradictorias sobre la reforma, algo que ha inquietado a los estudiantes, que con sus protestas fueron la pesadilla del antecesor de Bachelet.

"Hay un amplio consenso de que la reforma a la educación es esencial, pero (...) no ha sido un mensaje totalmente coherente", dijo Michael Shifter, jefe del centro de estudios Inter-American Dialogue.

Por si fuera poco, el estallido de una bomba esta semana cerca de una estación de metro puso más presión sobre Bachelet. Fue el peor ataque con explosivos desde el regreso del país a la democracia en 1990.

"La sensación de inseguridad ejercerá una mayor presión política a su Gobierno", dijo Shifter. "Esta es una verdadera prueba para Bachelet (...) de que tiene la situación bajo control".