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SANTIAGO, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
El juez chileno Mario Carroza ha dado este martes por concluido el proceso contra el excomandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile Fernando Matthei, al entender que no existe delito en torno a la investigación por la muerte del general Alberto Bachelet, que tuvo lugar un año después del golpe militar de Augusto Pinochet.
De esta forma, la causa contra el padre de la excandidata presidencial Evelyn Matthei es sobreseída por falta de pruebas, tal y como ha informado la BBC. La misma trataba de esclarecer las posibles torturas y la muerte del padre de la presidenta electa, Michelle Bachelet.
En ese mismo dictamen, el magistrado ha acusado a los coroneles retirados Ramón Cáceres Jorquera y Edgar Cevallos Jones, como presuntos autores del delito, cometido en la Academia de Guerra en 1974. Así, ha detallado que ambos militares estuvieron directamente a cargo de los detenidos.
"Aplicaban diversos métodos de apremios, tratos crueles, inhumanos y degradantes, y ejercían sobre ellos presión psicológica y exigencias físicas, en pro de los objetivos que se habían trazado", concluye la sentencia.
Hasta en tres ocasiones la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos había pedido sin éxito a la justicia chilena que procese a Matthei por la muerte del general Bachelet. La última de ellas el pasado mes de octubre.
LA HISTORIA DE LAS FAMILIAS
Bachelet fue recluido en la Academia de Guerra, dirigida por Matthei, por seguir siendo leal al expresidente Salvador Allende tras el golpe de Estado perpetrado el 11 de septiembre de 1973 por Pinochet contra el Gobierno del líder socialista.
Aunque durante muchos años la versión oficial sostuvo que Bachelet murió por un infarto natural, finalmente la justicia chilena ha determinado que se debió a las habituales torturas que sufrió durante su reclusión.
A pesar de que las víctimas de la dictadura militar han insistido en responsabilizar a Matthei de la muerte de Bachelet, la familia de la presidenta electa de Chile siempre ha creído que no estuvo implicado, o al menos directamente.
Bachelet y Matthei forjaron una estrecha amistad durante los años previos al Golpe de Estado, ya que ambos estuvieron destinados en la misma base militar, pero con el advenimiento del régimen castrense sus vidas tomaron caminos muy distintos.
Sus hijas crecieron juntas, pero --al igual que sus padres-- sus sendas se separaron tras el golpe de Estado. Bachelet sufrió el acoso de las autoridades interinas, lo que la llevó a exiliarse, mientras que Matthei pasó a formar parte de los nuevos círculos de poder.