Actualizado 17/12/2013 22:14

Chile/Perfil.- Matthei, la Dama de Hierro: "Si me pegan, pego de vuelta. Y pego duro"

Evelyn Matthei tras elecciones en Chiles
REUTERS

SANTIAGO, 18 Nov. (Reuters/EP) -

Durante la campaña para las elecciones presidenciales de Chile intentó suavizar el estilo confrontacional y el carácter inflamable que le valieron el apodo de 'Dama de Hierro'.

Pero eso no le alcanzó a la candidata oficialista Evelyn Matthei para convencer a los chilenos de que apoyen la continuidad de las políticas liberales del presidente Sebastián Piñera.

La ex ministra del Trabajo de la coalición de centroderecha que gobierna Chile desde el 2010 quedó muy atrás de la socialista Michelle Bachelet en las elecciones del domingo, pero al haber sido la segunda más votada disputará con ella una segunda vuelta.

Matthei, una economista de 60 años conocida por su gusto refinado y su afición al piano, ha justificado su estilo confrontacional como la única manera que tiene una mujer para abrirse camino en un mundo dominado por hombres.

"La Concertación se está comportando de una manera que da asco", disparó cuando era ministra en referencia la coalición que respalda a Bachelet. En otra ocasión se refirió a algún adversario como "huevón", un vocablo utilizado en Chile para calificar de estúpida a una persona.

Pero, el electorado chileno se volcó en masa a respaldar el estilo afable y cálido de Bachelet y sus promesas de reformas para reducir la amplia brecha entre ricos y pobres en el país.

Las diferencias entre las dos líderes, que se medirán de nuevo el 15 de diciembre en una segunda ronda a la que Bachelet vuelve a llegar como clara favorita, van mucho más allá de sus personalidades.

Matthei carga el peso de su vínculo familiar con la dictadura militar que gobernó el país entre 1973 y 1990. Su padre, el general Fernando Matthei, fue miembro de la junta militar del dictador Augusto Pinochet.

Incluso ha sido señalado durante la investigación de la muerte del general Alberto Bachelet, el padre de la candidata socialista muerto en circunstancias no aclaradas en la cárcel por su lealtad al derrocado presidente Salvador Allende. En el 2012, la justicia chilena rechazó procesar al general Matthei por ese hecho.

La campaña presidencial coincidió con la conmemoración del 40 aniversario del golpe de Estado de Pinochet, en cuyo régimen miles de personas murieron, desaparecieron o fueron torturadas, incluyendo a la propia Michelle Bachelet.

Matthei esbozó una defensa, diciendo que durante la dictadura realizó comentarios a favor de los derechos humanos que le valieron las críticas de los seguidores del régimen.

"Cuando yo aún era estudiante y mi padre era miembro de la junta de Gobierno, yo di entrevistas en que deploré el tema de los derechos humanos y sufrí bullying (acoso) por eso", dijo Matthei, que vivía en Europa cuando sucedió el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

En medio de la campaña, Piñera reconoció que la candidata oficialista apoyó la continuidad del régimen de Pinochet en un plebiscito en 1988, donde la población aprobó en las urnas la convocatoria de unas elecciones que abrieron el camino para la vuelta a la democracia.

DEFENSA DEL GOBIERNO

Madre de tres hijos, Matthei había dicho que al terminar su labor en el actual Gobierno se apartaría al menos por un tiempo de la política. Y sin embargo, se convirtió inesperadamente en la carta oficialista en julio luego que el ex ministro Pablo Longueira declinara sorpresivamente su candidatura por razones de salud.

Desde ese momento no cesó en su defensa del gobierno de Piñera, que cosecha más rechazos que apoyos en sondeos de opinión.

"Si usted le pregunta a la inmensa mayoría de los chilenos si está mejor ahora o hace cuatro años, estoy segura de que la inmensa mayoría va a contestar que está mejor", dijo el jueves en su acto de cierre de campaña.

Pero, su designación como la primera mujer que compite por la presidencia por parte de la centroderecha no estuvo libre de críticas de miembros de los partidos que la apoyan, debido a incidentes que la enfrentaron en el pasado incluso con Piñera.

Su paso durante más de dos décadas por el Congreso, como diputada y senadora de los partidos Renovación Nacional y UDI, le dieron notoriedad, que consolidó al llegar al Ministerio del Trabajo, del que salió con una aprobación cercana al 60 por ciento, según datos de la encuestadora privada Adimark.

Además, varios incidentes debido a su inflamable carácter, que incluyeron insultos, la hicieron blanco de críticas en un país conservador y con fuerte influencia de la Iglesia católica.

"Yo veo que ese vocabulario se usa a diario en las oficinas, en las casas", dijo en un programa televisivo al ser consultada sobre uno de los episodios.

Matthei logró moderar su comportamiento voluble durante la campaña electoral, pero afirma estar lista para defenderse. "Si me pegan, pego de vuelta. Y pego duro", confesó.