Actualizado 02/01/2014 11:53

40 años de cárcel a un Oficial por masacre de miembros de FARC

Guerrilleros de las FARC
Foto: COLPRENSA/CASTRO CORTES, RAFAEL EDUARDO

BOGOTÁ, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -

   El oficial de la Policía Héctor Edisson Castro Corredor ha sido condenado a cuarenta años de cárcel por el homicidio de seis integrantes de la columna Antonio Nariño, de las FARC, en un evento que se conoció como la Masacre de Mondoñedo.

   La decisión tomada por el Juzgado Séptimo Penal Especializado del circuito de Bogotá también lo inhabilita por un periodo de diez años para el ejercicio de derechos y funciones públicas pues fue hallado penalmente responsable de los delitos de homicidio agravado en concurso con secuestro agravado.

   En la sentencia, el juez ordenó la captura de Castro Corredor por considerar que debe cumplir su pena en un centro carcelario, puesto que no se cumple ninguna de las condiciones que le permitan conceder algún tipo de beneficio penal.

   Del mismo modo, Castro pagará una multa de 300 salarios mínimos mensuales legales vigentes (smmlv) e indemnizará solidariamente con 800 a cada uno de los familiares de cuatro de las víctimas: Vladimir Zambrano Pinzón, Jenner Alfonso Mora Moncaleano, Juan Carlos Palacios Gómez y Arquímedes Moreno Moreno.

   La condena había sido solicitada por la Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Fiscalía el pasado mes de agosto, según informó la Fiscalía General de Colombia.

   Los crímenes ocurrieron en septiembre de 1996 en la hacienda Fute, ubicada sobre la vía que de Mosquera comunica con Soacha y La Mesa, todos ellos, municipios de Cundinamarca, en el sitio conocido como Alto de Mondoñedo.

   Allí fueron hallados el 7 de septiembre, al suroccidente de Bogotá, los cadáveres de Vladimir Zambrano Pinzón, Jenner Alfonso Mora Moncaleano, Juan Carlos Palacios Gómez y Arquímedes Moreno Moreno, quienes habían sido muertos y posteriormente incinerados con llantas para no ser reconocidos.

   Asimismo, fueron muertos Federico Quesada en el barrio Argelia, de la localidad de Kennedy, por hombres que se movilizaban en un automóvil azul y una motocicleta, y Martín Alfonso Valdivieso Barrera, quien fue baleado desde una camioneta roja de doble cabina en Fontibón. Todos ellos estaban vinculados a la red urbana del frente Antonio Nariño, de las FARC.

TEMÍAN QUE ATENTARÍAN CONTRA SUS VIDAS

   Durante el juicio se supo que las víctimas salieron de sus lugares de residencia para asistir a una reunión en la zona de El Salitre, en el occidente de Bogotá, en la que analizarían lo relacionado con su seguridad personal, pues temían que estuviesen siendo seguidos por miembros de los aparatos de seguridad del Estado y presumían que alguien atentaría contra sus vidas.

   Durante las diligencias judiciales, el fiscal del caso presentó argumentos y pruebas que indicaron que para esa época, el oficial tenía bajo su responsabilidad el grupo dedicado a la búsqueda de subversivos en la Dijin y era él quien desde 1995 tenía conocimiento sobre la investigación adelantada por el atentado a la Estación de Kennedy, que incluyó la identificación e individualización de los insurgentes de la red urbana de las FARC, a la cual pertenecían las víctimas.

   Entre las pruebas presentadas por el ente acusador, se encuentra el testimonio de William Nicolás Chitiva Gonzalez, uno de los uniformados de la Dijin implicados en el caso, quien reveló detalles de cómo el grupo llamado Blanco Subversivo, de la Dijin, tenía una informante que pertenecía a la agrupación ilegal y cómo realizaron seguimientos a otros miembros de la misma guerrilla.

   Además, aseguró que aunque él no participó en los hechos, si conoció de parte de sus autores lo ocurrido y que ellos admitieron haber cometido el múltiple homicidio. Estas declaraciones ocurrieron el año 2001.

   Ese testimonio y el de Alfonso Mora León, sumados a otras pruebas, permitieron la condena de José Albeiro Carrillo Montiel, José Ignacio Pérez Díaz y Carlos Ferleín Alfonso Pineda a 40 años de prisión y multa de 1.200 salarios mínimos legales vigentes como autores de las conductas delictivas de secuestro y homicidio agravado. Chitiva y dos de sus hijos fueron asesinados en Cúcuta y Bogotá.