Juan Manuel Santos
Foto: HANDOUT . / REUTERS

BOGOTÁ, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha puesto en duda este martes que los servicios de Inteligencia del Ejército estén implicados en las escuchas ilegales a las que supuestamente fue sometida la delegación del Gobierno en los diálogos de paz en La Habana, pero ha asegurado que descubrirán a las "fuerzas oscuras" que intentan sabotear el proceso de paz.

   "Averiguaremos hasta dónde ha podido llegar el uso ilícito de nuestros servicios de Inteligencia, así como aquellas fuerzas oscuras que estén interesadas en interceptar a nuestros negociadores, además de investigar si existen ruedas sueltas en el Ejército y a quiénes le están informado", ha expresado Santos.

   El presidente colombiano se ha mostrado muy severo al respecto de dichas informaciones y ha afirmado que descubrirán a todas aquellas personas que intenten sabotear el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

   "La información que ha surgido es totalmente inaceptable", ha manifestado Santos, quien ha comunicado que tanto el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, como los altos mandos de las Fuerzas Militares, ya han sido instruidos para que "lleguen hasta el fondo" del asunto.

   "No es aceptable bajo ningún punto de vista que este tipo de investigaciones se hagan contra ciudadanos legítimos, la oposición y mucho menos contra funcionarios del Estado", ha recalcado Santos, según informa el diario colombiano 'El Tiempo'.

ESCÁNDALO DE LAS ESCUCHAS

   La revista colombiana 'Semana' reveló este lunes una investigación en la cual se afirmaba que los servicios de Inteligencia del Ejército de Colombia estarían llevando a cabo operaciones de espionaje sobre la delegación que el Gobierno de Juan Manuel Santos tiene desplegada en La Habana para acordar con las FARC los distintos puntos de la agenda de paz.

   La operación del Ejército tenía como nombre clave 'Andrómeda' y se dedicaba a recolectar información de correos electrónicos, conversaciones y mensajes vía teléfono móvil de los negociadores del Gobierno, los cuales eran citados bajo seudónimos, así como de las ONG presentes en los diálogos y de integrantes de la oposición como Piedad Córdoba e Iván Cepeda.

   Al frente de la operación estaba un oficial del batallón de Inteligencia Técnica del Ejército. Las escuchas se llevaron a cabo desde una oficina operativa desde agosto de 2012 y que funcionó hasta octubre de 2013 cuando se dio órdenes de borrar los rastros de la información recolectada.

   Asimismo, también estuvo operativa otra sala de interceptaciones del Ejército Nacional, cuyos equipos fueron trasladados al búnker de la Fiscalía, al parecer, después de que se conocieran las irregularidades que allí se habrían presentado.