Actualizado 19/02/2008 15:36

Crónica Cuba (3).- Los exiliados de Little Havana reaccionan con calma y escepticismo ante la renuncia de Castro

Casi dos años antes, cuando se conoció la enfermedad de Fidel, miles de personas salieron a las calles de Miami para celebrar la noticia


MIAMI, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los cubanos exiliados en la ciudad de Miami se despertaron esta mañana con la renuncia de Fidel Castro a todos sus cargos. A diferencia de lo que ocurrió el 31 de julio de 2006, cuando tuvo que ceder el poder temporalmente a su hermano Raúl, en esta ocasión en las calles del barrio de Little Habana se ha recibido la noticia con relativa calma y escepticismo.

"Va a ser lo mismo de siempre", afirmó esta mañana Carlos Vargas, un cubano que trabaja desde hace años en Miami, para quien la gente está empezando a aceptar que Fidel Castro "está muy enfermo" y que "antes o después" tendrá que morir, según informa la prensa local, recogida por Europa Press.

Por su parte, Ray Orozco, un abogado cubano que vive en el barrio más cubano de Florida, aseguró que no se trata sólo de que Fidel Castro haya anunciado su decisión de no volver a ser presidente. "Lo que pasa es que en Cuba hay toda una infraestructura que desmantelar y eso no va a ser fácil", indicó.

En algunas de las calles del centro neurálgico de Little Havana los conductores y motoristas hicieron sonar las bocinas de sus vehículos a su paso por el conocido restaurante Versailles, tradicional centro de reunión de los exiliados cubanos y que desde primera hora de la mañana está rodeado de periodistas y curiosos.

"EL AGUILA SE MARCHO"

Además, algunas emisoras de radio en español de Miami acompañaron la noticia de la renuncia de Fidel Castro con canciones que hace referencia a la libertad. "El águila se marchó", aseguraba uno de los locutores, en referencia a uno de los apodos con los que se conoce a Castro en el exilio.

En el local se encontraba Manuel Blanco, otro exiliado que no las tiene todas consigo. "Creo que todo esto (la cesión de poderes en 2006 y la renuncia de hoy) ya estaba planeado por el régimen", indicó. "Puede que haya cambios cosméticos para aparentar ante el mundo que es algo diferente, pero todo seguirá igual", consideró.

Juan Acosta celebró la renuncia de Castro porque, según dijo, es "muy bueno que se vaya", aunque aseguró que hubiese preferido que esté muerto. "Parece que el sistema está casi acabado y puede que lo que estamos viendo sea el final", añadió este exiliado cubano que llegó a Miami en los años ochenta.

Rafael Del Castillo, que se encuentra en Estados Unidos desde los años sesenta, confió en que el posible sucesor de Fidel, su hermano Raúl, comience de forma "inmediata" a poner en marcha los cambios que venía anunciando en sus discursos, empezando por la liberación de todos los presos políticos.

EXPLOSION DE JUBILO EN 2006

En el verano de 2006, miles de exiliados cubanos salieron por la noche a las calles para celebrar las noticias que llegaban a esa hora de La Habana sobre el estado de salud de Fidel Castro, y su decisión de transferir sus poderes a su hermano Raúl mientras se recuperaba de una intervención quirúrgica.

Entonces, gritos de libertad, bailes a ritmo de golpes de cazuelas, bocinazos de coches y cánticos contra el régimen castrista inundaron las calles del sur de Florida hasta bien entrada la madrugada, en una espontánea muestra de felicidad tras hacerse pública en la televisión cubana el mensaje de Castro.

Aquel verano las autoridades de Miami se vieron obligadas a cerrar algunas calles y el Condado de Miami-Dade activó el nivel 2 en su centro de emergencias, con la posibilidad de ponerse a pleno funcionamiento si el anuncio de ayer se transforma posteriormente en la noticia del fallecimiento de Castro.

Portando banderas cubanas, los exiliados mostraban carteles contra Castro y entonaban cánticos como "Cuba Sí, Raúl No" o "Aé, aé la Chambelona, que Fidel no tiene madre porque es hijo de una mona", ante la mirada pasiva de los policías apresuradamente activados por las autoridades tras conocerse el inesperado traspaso de poderes.