Actualizado 27/03/2014 19:45

Las claves de la nueva ley de inversión extranjera de Cuba

Zona del puerto de Mariel, en el oeste de Cuba.
Foto: REUTERS

MADRID, 27 Mar. (Reuters/EP) -    

   El Gobierno de Cuba está intentando potenciar la entrada de capital extranjero con una política económica más flexible, ofertando para ello mayores incentivos a la inversión foránea, pero que a su vez contribuyan al desarrollo del país, dentro del marco de medidas puestas en marcha en los últimos años por el Ejecutivo de Raúl Castro en pos del mejor desarrollo de la isla.

   La nueva ley de inversión extranjera se prepara para ser aprobada este sábado en la sede de la Asamblea Nacional, sustituyendo así la anterior legislación que data de 1995, y que se hizo después del derrumbe en 1991 de la Unión Soviética, su único aliado por aquel entonces.

   El proyecto de ley formulado por el Gobierno flexibilizará las exigencias fiscales para todas aquellas empresas extranjeras que quieran invertir en la isla, con la únicas condiciones de respetar los recursos humanos y naturales del territorio, así como la soberanía económica, política y social del Estado.

ACELERACIÓN DE LOS PROCESOS BUROCRÁTICOS

   Una de las nuevas ventajas de la legislación que será aprobada este fin de semana es la aceleración de los procesos burocráticos. Las negociaciones con las autoridades cubanas para afincar un nuevo negocio en la isla requerían varios y prolongados procesos hasta que el proyecto llegara por fin al Consejo de Estado y de Ministros, donde era analizado por cada una de las instituciones en no menos de 60 días.

   La nueva legislación agiliza esos trámites y aquellos pequeños comercios o negocios podrán ser aprobados por orden ministerial en 45 días, mientras que los de más enjundia deberán pasar un proceso algo más largo, pero sin llegar a los plazos de la ley anterior.

REBAJA DE IMPUESTOS

   Las empresas extranjeras que inviertan en Cuba gozarán de una exención en el pago del impuesto sobre los ingresos personales, así como de la renta, durante el plazo de ocho años y gozarán de una tasa especial del 15 por ciento en lugar del 30 por ciento actual. Además, las tasas por el uso de mano de obra desaparecen con la nueva ley.

   En cuanto a los beneficios en sectores como la minería, el petróleo y otras empresas dedicadas a las materias primas, la nueva legislación rebaja al 22,5 por ciento los impuestos, la mitad con respecto a ley que será derogada.

APERTURA A LA PROPIEDAD EXTRANJERA

   La actual ley permitía las propiedades con capital cien por cien extranjero, pero raras veces el Gobierno había aprobado proyectos de esas características. Por tanto, con la legislación que será aprobada la situación se mantiene, aunque no se beneficiarán de las ventajas fiscales que se concederían a empresas mixtas o a uniones empresariales entre compañías extranjeras y cubanas.

   En cuanto a los cubanos residentes en el exterior la Ley de 1995 no las excluía de poseer propiedades en la isla, pero en la práctica casi nunca se les permitió invertir. Ahora, si bien la norma sigue manteniendo esa ambigüedad, se espera que estas medidas económicas aperturistas cambien el panorama.

INVERSIÓN DE CAPITAL CUBANO

   La principal novedad es que los cubanos que participen en empresas estatales y cooperativas no agrícolas, así como aquellos que dispongan de fincas privadas, estarán autorizados a formar sus compañías junto a inversos extranjeros, posibilidad reservada hasta ahora a las empresas administradas por Estado.

   Sin embargo, si bien estas fueron algunas de las medidas más destacadas de la nueva ley de inversión extranjera, algunas cláusulas de la legislación de 1995 se mantendrán, aunque no menos cierto es que podrían ir sufriendo modificaciones con la publicación de los reglamentos que acompañarán al texto.

CUESTIONES LABORALES

   Las empresas mixtas y las otras formas de asociación deberán seguir contratando mano de obra a través de las gestoras estatales, las cuales se encargarán de cambiar a pesos cubanos los salarios que los trabajadores deberán siguiendo recibiendo en pesos convertibles.

   En ese sentido, estos centros de trabajo deberán contratar en exclusiva a residentes cubanos, que podrán realizar cualquier labor, salvo estar al frente de los cargos ejecutivos y de gestión de alto nivel.

   En materia de controversias entre trabajadores y empleadores, será el Gobierno cubano quien se reserve la potestad de dirimir cualquier tipo de conflicto en suelo cubano, salvo que los convenios fijen otra sede.

   Por otro lado, las empresas podrán seguir exportando e importando sin la necesidad de que intervenga ningún órgano del Estado u otros intermediarios.

ZONA ESPECIAL DE DESARROLLO DE MARIEL

   La Zona Especial de Desarrollo de Mariel, un puerto de contenedores en el oeste de la isla, dispondrá de sus propias leyes fiscales, las cuales son bastante más favorables que las que se estipulan para el resto de empresas y actividades en la nueva ley de inversión extranjera, como puede ser la exención del pago de impuestos durante al menos diez años, entre otros beneficios.

   El puerto de Mariel es uno de los proyectos más ambiciosos de Castro para modernizar la economía de la isla abriendo espacios a la iniciativa privada y al capital extranjero. El Gobierno quiere levantar en él un parque industrial en el que las empresas foráneas tendrían generosas exenciones fiscales y podrían aprovecharse de la mano de obra cualificada que existe en Cuba.

   Brasil es una de las principales fuentes de financiación extranjera dentro de Cuba. Para la modernización del puerto, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de este país ya ha invertido unos 700 millones de dólares, un dinero que podría aumentar dependiendo del número de empresas brasileñas que vayan sumándose a las obras.