BRUSELAS, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea validarán el próximo lunes, salvo sorpresas de última hora, las condiciones para iniciar los contactos con La Habana de cara a negociar un acuerdo sobre diálogo político y cooperación que permita normalizar las relaciones con Cuba, según han informado a Europa Press fuentes europeas.
Expertos de los Veintiocho lograron la semana pasada un acuerdo político sobre el mandato negociador que quieren otorgar a la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton; unas condiciones que han sido validadas ahora a nivel de embajadores en Bruselas.
El asunto ha sido aprobado sin discusión, según las fuentes consultadas, y ello permitirá que se incluya en la agenda de la reunión de ministros de Exteriores de la UE que tendrá lugar el próximo lunes en la capital europea, tras meses aplazando la discusión para normalizar las relaciones porque este paso requería una unanimidad de los Estados miembros que no se daba hasta ahora.
Los países que, como Alemania y República Checa, se han mostrado tradicionalmente reticentes a que la Unión Europea se acercara a La Habana "levantaron su bloqueo" finalmente la semana pasada en el grupo de trabajo dedicado a este dossier.
La Unión Europea trabajaba desde hace tiempo en este mandato negociador, pero la obligación de que recibiera un apoyo unánime lo ha mantenido aparcado a nivel de expertos, hasta que las capitales más reticentes han dado su visto bueno. Las negociaciones serán conducidas por Ashton, pero los Estados miembros se garantizan que "seguirán muy de cerca" estas conversaciones, según recalcan fuentes europeas.
Si se cumple el calendario previsto, los jefes de las diplomacias europeas darán luz verde al mandato el lunes y entonces corresponderá a la Comisión Europea y al Servicio Europeo de Acción Exterior poner en marcha el proceso y entablar contactos formales con La Habana.
El objetivo de la Unión Europea para avanzar hacia la normalización de las relaciones con Cuba es "consolidar" dichas relaciones, pero sobre todo "animar (al régimen cubano) a emprender reformas" y a poder "entablar un diálogo en materia de Derechos Humanos".
A largo plazo, y si las negociaciones concluyen con éxito, ello servirá para sustituir con este marco la llamada 'Posición Común' europea que, desde 1996, condiciona las relaciones con La Habana a mejoras en Derechos Humanos. Esta posición, firmemente rechazada por Cuba, se mantendrá en vigor mientras no se cierre el acuerdo bilateral.