Actualizado 22/08/2016 08:29

Andrés Calamaro, el autor de la creatividad inédita

ANDRÉS CALAMARO
WIKIMEDIA

   BUENOS AIRES, 22 Ago. (Notimérica) -

   "Vivir así no es vivir esperando y esperando... porque vivir es jugar y yo quiero seguir jugando". Andrés Calamaro lo tiene claro: no hay mejor forma de disfrutar la vida que haciendo lo que a uno le da la gana y, en su caso, es creando música. Así que, ¿por qué no celebrar los 55 años que cumple este 22 de agosto con algunas de sus canciones más célebres?.

   'Paloma', es uno de los cortes que componen su disco lanzado en 1999, llamado 'Honestidad Brutal'. Si hay algo característico en la trayectoria profesional de este músico nacido en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) es la originalidad de sus títulos, muy similar a su exquisito gusto por el vertido de sentimientos y verdad en sus letras.

   Esto lo ha demostrado a lo largo de su carrera. Podría decirse que la inició con tan solo ocho años, cuando le regalaron su primer instrumento, muy característico en Argentina y Uruguay, el bandoneón. Con el tiempo se volcó en la guitarra eléctrica y el piano, llegando a grabar como teclista en el grupo 'Raíces'.

   Pisó los escenarios junto a 'Los Abuelos de la Nada', con los que grabó cinco discos entre 1982 y 1986 y ha sido reconocido como uno de sus creadores. Poco antes había cursado la carrera de Derecho pero se interesó por dedicarse a la música por completo, de la mano de su amigo Augusto Gringui Herrera, con quien formó 'Chorizo Colorado Blues Band'.

   Fue bajo ese peculiar título como Calamaro apostó por el estilo musical que lo ha hecho famoso: el rock. Así, compartió proyectos con diferentes músicos, entre los que destaca el también cantautor bonaerense Gustavo Cerati. En la gran parte de estas colaboraciones trabajó como artista invitado hasta que compuso algunos de los temas más famosos del grupo liderado por el malogrado Miguel Abuelo.

   Calamaro le cogió gusto a la tarea de letrista, por lo que firmó como compositor el disco de estudio publicado por Los Abuelos de la Nada llamado 'Himno de mi corazón' (1984). Por entonces, también participó junto a otros músicos como Charly García o Pedro Aznar pero fue un poco más tarde, ese mismo año, cuando hizo su debut en solitario.

   

Se llamó 'Hotel Calamaro', un álbum muy criticado por la prensa, ignorado por el público pero, al fin y al cabo, puso la primera piedra del castillo musical que él mismo ha construido desde esa fecha, formado por cientos de actuaciones y 13 trabajos de estudio.

   El siguiente lanzamiento, también discreto, fue 'Vida Cruel' (1985), en el que contribuyeron Fernando Samaleo, Roberto Petinatto o Luis Alberto Spinetta. Le siguieron 'Por mirarte' (1987) y 'Nadie sale vivo de aquí' un año después, que continuaron la línea del primero.

CALAMARO Y LOS RODRÍGUEZ

   Fue en España a principios de los años 90 cuando fundó junto al guitarrista de Tequila, Ariel Rot, una de las formaciones más entusiastas de la década. Con 'Los Rodríguez', mítica banda escuchada hasta la saciedad en cualquier emisora de radio iberoamericana, editó tres títulos de estudio ('Buena suerte' en 1991, 'Sin Documentos' en 1993 y 'Palabras más palabras menos' en 1995) y uno en directo, 'Disco pirata' (1992).

   A pesar de su éxito en Latinoamérica, Calamaro aun tenía una espina clavada en cuando a calidad compositiva se refiere, por lo que editó dos volúmenes de la serie llamada 'Grabaciones encontradas' en 1996, una recopilación de escritos desechados fundamentada en diferentes estilos artísticos y musicales entre los que aparecen 'Lou Bizarro' o 'Buena suerte y hasta luego'.

   La mala relación con el resto de integrantes de Los Rodríguez hizo que poco a poco tomaran distancias entre ellos. Así, la disputa con el argentino Charly García lo dejó patente de manera oficial en 1997. De esta forma, algunas de las canciones que surgieron en esta época pero que no pudieron presentarse, tuvieron espacio en 'Para no olvidar' (2002).

   Esta etapa conclusiva fue especialmente fructífera en su viaje a Estados Unidos, donde nacieron 'Crímenes perfectos', 'Media Verónica' o la notoria y pegadiza 'Flaca', uno de los temas más populares del cantautor.

   

   Pertenecientes a 'Alta suciedad' (1997), los temas tuvieron un éxito sin precedentes reflejado en las más de 500.000 copias vendidas en todo el mundo, que ocupó la 'medalla de plata' en los discos más vendidos de rock argentino, por debajo de 'El amor después del amor' (1992) de Fito Páez.

   Con el comienzo de este siglo, Calamaro volvió a España, donde creó otro de los nombres que marcan su discografía, compuesto por cinco discos: 'El salmón' (2000). En uno de los lapsos más largos de su incesante actividad, despachó 'El cantante' en 2004, repleto de agradecidos cortes en acústico.

   Sin embargo, su retorno más aplaudido fue 'La lengua popular' (2007), donde no solo resalta su particular portada, sino que también recoge su empeño por la creación de estructuras armónicas con mezclas de ritmos bajo la tinta de letras irónicas y fantasiosas.

   

   Así, le siguen otros recopilatorios y boxes como 'Andrés, obras incompletas' (2009) o 'Samonalipsis Now' (2011), con otras publicaciones intermedias como 'On the rock' (2010), entre diferentes colaboraciones con Pereza, Loquillo y Enrique Bunbury.

   Con este último registró el sencillo 'Crimen', grabado en México de 2014 en la gira que realizaron juntos. Un año antes había presentado el single de 'Bohemio', llamado 'Cando no estás'. Previamente, dedicó su especial homenaje al tango argentino en 'Tinta Roja', reeditado en 2012.

   Entre sus últimas incursiones, sobresale el lanzamiento de 'Grabaciones Encontradas Volumen III - Romaphonic Sessions' este mismo año, una verdadera biblioteca musical donde se pueden escuchar clásicos propios y ajenos, como 'El día que me quieras' de Carlos Gardel.

   Entre estas composiciones particulares, merece especial mención 'Paloma', el tema con el que abríamos este espacio y que, como en casi todos los trabajos del artista, se pueden escuchar insólitos matices que desentrañan la creatividad artística a la que nos tiene acostumbrados.