Benicio del Toro
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   SAN JUAN, 19 Feb. (Notimérica) -

   Quizás uno de los rasgos que más caracteriza a este actor puertorriqueño --nacido el 19 de febrero de 1967-- sea su impactante mirada enmarcada en sus dos enormes ojos verdes que siempre parecen querer decir algo.

   Lo cierto es que, ya sea por su interpretación o simplemente por la personalidad que aporta a cada uno de los personajes que encarna, Del Toro proporciona un rico y amplio espectro filmográfico en el que se incluyen todo tipo de personajes.

   Cabe destacar que Benicio Del Toro inició su carrera profesional tras abandonar la carrera de Comercio en La Universidad pública de California, decidido a prepararse en la actuación en el Square Theatre School en Nueva York.

   Una vez situado en el mundo de la televisión, el actor comenzó a interpretar pequeños papeles de matón y traficante en programas como 'Miami Vice'. Sin embargo, también hizo algún cameo fuera de este estereotipo, como en el videoclip del célebre tema de Madonna 'La Isla Bonita'.

   Pronto pasó a la gran pantalla con múltiples facetas: desde el hombre lobo de 'Big Top Pee-Wee' (1988) hasta el joven villano del Agente 007 en 'Licencia para matar' (1989). Sin embargo, una de sus primeras interpretaciones más recordadas es la de Fred Fenster en 'Sospechosos habituales' (1995).

   A pesar de que forma parte de la oscura lista de 'las 10 películas más odiadas por Roger Ebert' --uno de los mayores críticos cinematográficos a nivel mundial-- 'Sospechosos habituales' eleva la genialidad de Del Toro gracias a la fresca personalidad de su personaje.

   

   Gracias a Fred Fenster, el actor consiguió el Independent Spirit Award como Mejor actor de reparto. En su siguiente salto mundial trabajó de la mano del realizador Abel Ferrara, con el que volvió a vestirse de traje para interpretar a un gángster en 'The Funeral' (1996).

   Este mismo año recogió de nuevo el mismo premio por su trabajo como Benny Dalmau en 'Basquiat' (1996), un filme biográfico de este popular grafitero protagonizado por otras estrellas como David Bowie, Dennis Hopper o Gary Oldman.

   Esta continua tendencia de generar papeles brillantes quedó patente con la adaptación fílmica de Hunter S. Thompson 'Miedo y asco en Las Vegas (1998)', cuando Del Toro tuvo que engordar casi 20 kilos para interpretar a Dr. Gonzo, el abogado del protagonista Raoul Duke, interpretado por Johnny Depp.

   La manera en la que Terry Gilliam realiza esta considerada 'película de culto' --a través de un montaje rápido lleno de primeros planos, gran inclinación de sus encuadres y vistosos colores-- sumerge al espectador en el imaginario general y surrealista de su historia.

   

   A la adaptación de Gilliam le sigue otro largometraje que no fue bien acogido por la crítica desde un principio pero que, con el paso del tiempo, se califica como largometraje de culto. Se trata de 'The Way of the Gun' (2000), dirigida por el que fue guionista de 'Sospechosos habituales', Christopher McQuarrie.

   Persecuciones de coches y tiroteos don los dos pilares fundamentales de su trama, que distan mucho del primer guión de McQuarrie. Sin embargo, Del Toro volvió con ella al cine tras dos años de inactividad profesional.

   Su próximo fichaje fue de la mano de Steven Soderbergh, quien contó con él de nuevo para el papel protagonista del biopic del 'Che' Guevara unos años después de estrenar 'Traffic' (2000). Esta vez el realizador norteamericano se centró en el tráfico de drogas entre Estados Unidos y México para su trama principal.

   Debido a la notable interpretación de Del Toro en la película, el puertorriqueño consiguió su primer premio Oscar como Mejor actor de reparto. Además, se llevó el Globo de Oro y el premio del Sindicato de Actores por su colaboración con Soderbergh.

   Mientras su fama crecía como la espuma, trabajó junto a Guy Ritchie en 'Snatch: cerdos y diamantes' (2000), donde hizo una pequeña incursión como Franky, un ladrón de diamantes apodado 'Cuatro dedos'. Asimismo, participó en la ópera prima de Sean Penn 'El Juramento' donde apareció como el sospechoso de un asesinato.

   Bajo una enorme melena negra, Del Toro está casi irreconocible en este largometraje, ya que encarna el papel de un amerindio con discapacidad mental. A lo largo de la trama destacan otras personalidades como Jack Nicholson, Helen Mirren y Robin Wright.

   

   Alejandro Fernández Iñárritu, autor de películas como 'Birdman' y 'Babel', no pasó por alto las grandes cualidades del intérprete puertoriqueño, por lo que le escogió como actor protagonista en '21 Gramos'. A pesar de que fue nominado al Oscar, no logró recoger la estatuilla.

   No obstante, el Festival de Cine de Cannes y la Academia de los Premio Goya le galardonaron por su trabajo en 'Che' (2008), donde tuvo que adelgazar más de 15 kilos para las últimas escenas de la película. El aspecto físico del puertorriqueño es prácticamente idéntico al del ideólogo de la Revolución cubana.

   

TODO POR UNA CUERDA

   Este interés por representar a uno de los personajes más populares de la historia reciente le llevó a encarnar a otro individuo célebre en Iberoamérica y en el resto del mundo: Pablo Escobar. Sin embargo, esta producción dista mucho de su predecesora.

   Con una trama simple y poco intrigante, la ópera prima de Andrea Di Stefano 'Escobar: Paraíso Perdido' (2014) deslumbra únicamente cuando Del Toro está en escena, mientras que en el resto de la película se presenta una historia plana y vacua.

   No obstante, ese mismo año participó en el extenso elenco de 'Puro Vicio', de Paul Thomas Anderson, donde de nuevo puso el punto cómico y bizarro de la historia en un papel secundario efímero pero eficaz.

   

   Debido a la actitud chulesca y soberbia a la que nos tiene acostumbrados los papeles que personifica, el protagonista de Mambrú en 'Un día Perfecto' (2015) del director español Fernando León de Aranoa, se adapta perfectamente a su persona.

   La sencilla narrativa de esta película, enfocada principalmente en encontrar una cuerda para sacar un cuerpo muerto de un pozo, mantiene en vilo al espectador durante su hora y media de duración. Una de las principales razones es la calidad del puertorriqueño, que determina una especie de juego del 'gato y el ratón' con otra de sus actrices, Olga Kurylenko.