BRASILIA, 6 Dic. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de Brasil, Dilma Roussef, ha lamentado la muerte de Óscar Niemeyer, padre de la arquitectura brasileña y uno de los grandes de la arquitectura moderna. "Brasil ha perdido a uno de sus genios, hoy es día de llorar su muerte, de saludar su vida", ha dicho en un comunicado.
"La vida de Niemeyer no puede resumirse en unas cuantas palabras", ha considerado. "Pocos han soñado tan intensamente y han hecho realidad tantas cosas como él", ha sostenido la presidenta del país sudamericano, según la Agencia Brasil.
Sobre su carrera profesional, Rousseff ha destacado que Niemeyer "fue un revolucionario, el mentor de una nueva arquitectura, bella, lógica y --como él mismo definía-- inventiva". "Con sus sinuosas curvas diseñó ciudades, palacios y ciudades enteras", ha subrayado.
En concreto, ha mencionado el gran proyecto de la capital brasileña, uno de los paradigmas de la arquitectura y del urbanismo modernos. "Niemeyer, junto (al urbanista) Lucio Costa, fue el autor intelectual de Brasilia, que cambió el eje de Brasil hacia el interior", ha dicho.
La mandataria también ha aludido a su carácter internacional. "Aunque nacionalista (en alusión al amor por su país natal), se convirtió en el más cosmopolita de los brasileños, con proyectos por muchos países, como Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Argelia e Israel", ha indicado.
Además, la jefa de Estado ha recordado su talante social. "Ante las numerosas injusticias del mundo, él soñó con una sociedad equitativa", ha valorado. "Autodeclarado pesimista, era un símbolo de esperanza", ha sentenciado.