Actualizado 31/03/2017 11:48

El día que conocimos al entrañable 'Solitario George'

   QUITO, 1 Dic. (Notimérica) -

   La famosa tortuga gigante de las Islas Galápagos, 'Solitario George', fue hallada el 1 de diciembre de 1971, en el archipiélago frente a las costas de Ecuador. Su historia conmovió a muchas personas y se hizo muy conocido por ser el último ejemplar de la especie Chelonoidis abingdoni, actualmente extinta desde que George falleciera 41 años después de ser descubierto.

   El reptil de enorme caparazón fue encontrado en la Isla Pinta, la más pequeña de un archipiélago que se caracteriza por la multitud de especies de tortugas distintas que habitan en sus islas. Por aquel entonces, los investigadores ya contaban con que la especie Chelonoidis abingdoni ya estaba extinta. Fue por esta razón por la que el descubrimiento de George fue acogido con gran sorpresa y emoción por parte del mundo científico. Era una oportunidad única para salvar de la extinción a una especie cuya existencia se remonta a la antigüedad.

   Sin embargo, pese a los esfuerzos a nivel mundial no fue posible lograr su reproducción. En un principio, los científicos intentaron emparejarlo con dos tortugas de la especie Chelonoidis becki del Volcán Wolf al norte de la Isla Isabela, con quienes no consiguió crear huevos fértiles tras 15 años de convivencia. El segundo intento de emparejamiento, con tortugas genéticamente más cercanas a George con las que vivió hasta su muerte, no proliferó. Se calcula que la tortuga gigante debía tener alrededor de 112 años en el momento de su muerte.

UNA ESPECIE EXTINTA

   Lo cierto es que 'Solitario George' será recordado para siempre en la historia como el último superviviente de las tortugas de la Isla Pinta, las Chelonoidis abringdoni. Falleció de un paro cardíaco, según se cree, el 24 de Junio de 2012 y con él la esperanza de salvar a su especie.

   Las tortugas gigantes de las Islas Galápagos suelen vivir entre los 80 y los 130 años, incluso más en ciertos casos. Tras su muerte el cuerpo ha sido preservado bajo cuidados muy especiales para conservarlo en buen estado y poder continuar con la investigación científica sobre la especie extinta.

   Según afirman algunos expertos, aún en el supuesto caso de que George hubiese conseguido una reproducción exitosa, la especie de la que es originario seguiría extinta pues sus crías no serían más que una nueva especie híbrida que no compartiría por completo las características de la Chelonoidis abringdoni.

   La especie, genéticamente relacionada con las especies de las islas de San Cristóbal y la Española, se caracterizaba por su caparazón con forma de silla de montar --estrecho y elevado por su parte anterior, y más ancho y redondeado por la posterior--. Su cuello era notablemente alargado y con el tenían acceso a la vegetación de las ramas más elevadas de las que se alimentaban. La caza masiva de este espécimen por su interés comercial como alimento y la introducción de especies que consumían su alimento, llevó a estas tortugas a la extinción.

   Los restos de 'Solitario George' fueron estudiados por el Museo Americano de Historia Natural, un referente mundial y único organismo con los recursos necesarios para conservar el cuerpo en buen estado, donde ha sido exhibido y por la ONG Galapagos Conservancy que lucha por la preservación de las especies de las islas. Se cree que algunos laboratorios especialistas en criogenización podrían haber recogido muestras del ADN de George para su posterior clonación.

   La ONG participó posteriormente junto al Estado ecuatoriano en la taxidermia o disecado del 'Solitario George' con el objetivo de poder conservar el cuerpo de George en las Islas Galápagos, región de la que era originario.