Actualizado 17/09/2016 12:29

¿Es más antiguo el códice Grolier que el códice Dresde?

Detalle del Códice Gorlier
UNIVERSIDAD DE BROWN

   MADRID, 17 Sep. (Notimérica) -

   El Códice Grolier, documento que se encuentra entre los libros más raros del mundo, y que data de 1230, ha sido considerado con escepticismo verdadero tras una investigación realizada por científicos.

   Este documento ha sido considerado desde su descubrimiento como falso cuando fue encontrado por unos saqueadores en una cueva en Chiapas (México) en la década de 1960, sin embargo, tras una investigación llevada a cabo por científicos se ha demostrado su autenticidad y su origen pasando a ser considerado el códice maya más antiguo escrito en América.

   La investigación fue realizada por el profesor y co-director del Programa de las Primeras Culturas de la Universidad de Brown, Stephen Houston, con la colaboración del profesor emérito de Arqueología y Antropología en la Universidad de Yale y líder del equipo de investigación, Michael Coe, María Miller, de la Universidad de Yale, y Karl Taube de la Universidad de California-Riverside, según informó el diario mexicano 'El Universal'.

   El Códice Grolier, que se dio a conocer en 1971, perteneció al doctor José Sáenz, quien se lo mostró al mayista Michael Coe en el Cluc Grolier de Nueva York, por lo que se conoce con este nombre.

   Este códice maya es un fragmento de once páginas que no se ha conservado bien y debió pertenecer a un libro más largo. Cada una de sus páginas mide 18 centímetros de alto por 12,5 de ancho.

   El contenido es mucho menos detallado que el de otros conocidos, y está fabricado en papel amate estucado por ambos lados --aunque solo muestra ilustraciones en el anverso de una--.

   En cada una de las páginas se puede observar una figura mirando hacia el lado izquierdo de la página invariablemente sosteniendo un arma, normalmente una jabalina o un atlati, mientras, con la otra mano sostiene una cuerda en un cautivo amarrado.

   Según el arqueólogo Michael D.Coe, uno de los autores de la investigación sobre la autenticidad del códice Grolier explicaron a BBC Mundo que el Grolier fue creado cuando grandes ciudades como Chicén Itza y Tula estaban en declive y los investigadores creen que fue hecho por "un escriba que trabajaba en tiempos difíciles".

¿QUÉ SON LOS CÓDICES MAYAS?

   Los códices mayas son libros provenientes de la cultura maya de origen prehispánico, --precedentes a la conquista de América por los europeos--, en cuya escritura se emplearon glifos que aún no han sido totalmente interpretados.

   Son también una fuente de información primaria de la cultura maya, junto con las inscripciones en piedras, monumentos y estelas que sobrevivieron hasta nuestros días junto con los frescos de algunos templos.

   Los códices han sido nombrados tomando como referencia la ciudad en la que se localizan, por ejemplo, el Códice Dresde, tal vez el más importante y el más estudiado, o el de Madrid, el de París y el Códice Grolier, localizado este último en México y que según la reciente investigación en la que han demostrado su autenticidad, es el único códice maya ubicado en Iberoamérica.

   Los mayas desarrollaron su tipo de papel en una época relativamente temprana, ya que hay pruebas arqueológicas del uso de cortezas desde inicios del siglo V, a las que ellos llamaban 'huun'.

   Lo que sucedió con estos códices tuvo lugar en la época de la conquista de Yucatán (México) en el siglo XVI, donde casi todos los libros mayas que se poseían fueron destruidos por los conquistadores y misioneros. En particular los encontrados en la Península de Yucatán fueron destruidos bajo las órdenes de fray Diego de Landa en julio de 1592.

   El también religioso fray Bartolomé de las Casas se lamentó a cerca de la quema de estos documentos y escribió que "estos libros fueron vistos por nuestros clérigos, y yo aún pude ver restos quemados por los monjes aparentemente porque ellos pensaron que podrían dañar a los indígenas en materia de religión, ya que se encontraban al inicio de su conversión".

   De entre todos los códices, solo cuatro se han considerado auténticos y han sobrevivido hasta nuestros tiempos: el Códice Dresde, el Códice de Madrid, también conocido como Códice Tro-Cortesiano, el Códice de París o Códice Peresiano y el en estos últimos días el Códice Grolier.

CÓDICE DRESDE

   El Codex Dresdensis, conservado en la Sächsische Landesbibliothek (SLUB), la biblioteca estatal en Dresde, Alemania, es el más elaborado de los códices. Se trata de un calendario que muestra qué dioses influyen en cada día.

   Además, explica detalles del calendario y el sistema numérico maya. Escrito en una larga hoja de papel doblado de una forma en la que se crean 39 hojas, está escrita en ambos lados.

   Contiene tablas astronómicas de una precisión extraordinaria y por ello es particularmente famoso por su serie lunar y ciclos venusianos. La serie lunar tiene intervalos que se correlan con eclipses y la tabla de Venus se relaciona con los movimientos aparentes del planeta.

   Este códice está datado entre 1200 y 1250 d.C y ha estado considerado hasta día de hoy --demostrada la autenticidad del Códice Grolier-- como el libro más antiguo escrito en América, conocido por los historiadores.

   Probablemente fue escrito por escribas mayas justo antes de la conquista española y de alguna manera llegó a Europa, donde se vendió a la librería real de la corte de Sajonia en Dresde, en 1739.

   En 2011 un aficionado alemán llamado Joachim Rittsteig vinculado a ciertas teorías pseudocientíficas anunció haber descifrado este códice el cual, según afirmó, le permite ubicar un tesoro de unas ocho toneladas de oro en tablillas. Sin embargo, expertos en cultura maya aseguran que dichas lecturas, y la posterior expedición emprendida por Rittsteig, carecen de rigor científico.

   El códice Grolier, el más antiguo escrito en América, se ha guardado en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la Ciudad de México, y solo ha estado disponible para los investigadores.

   "Solo podemos esperar que pronto se muestre al pueblo mexicano, y no esté herméticamente sellado para el público en general", ha asegurado Coe. "Todos los mexicanos deberían estar orgullosos de este tesoro".