Actualizado 20/07/2015 11:24

'Una segunda madre', el clasismo evidenciado por Regina Casé

MADRID, 19 Jul. (Notimérica) -

   Fue en la icónica cafetería y librería "Ocho y Medio", ubicado en la capital española, Madrid, donde Notimérica conversó con la directora de cine Anna Muylaert en el momento de la presentación de su película 'Que hora ela volta', que en España recibe el título de 'Una segunda madre'.

   Un nombre muy apropiado para una película que sin duda despierta la conciencia de los apoderados de Brasil y hace una paradoja de las relaciones de poder.

   La película de Anna, una guionista experimentada, nos habla de una manera fina y noble sobre las relaciones de poder y libertas. Una problemática para la sociedad brasileña, incluso hoy en día.

   La propia directora entiende que sus películas son sobre un tema que "sucede en cualquier parte del mundo, porque el ser humano siempre quiere tener uno en el otro, uno sobre el otro, a veces con la brutalidad, a veces con menos", dice.

   Exactamente es lo que hace a esta película atractiva, ya que crea un debate sobre el poder de lo social.

   "En los primeros debates gente hablaba un poco usado, y luego habló del ser humano incluso. Así que creo que lo principal que atrae a la película es el mismo poder. De cómo surge, cómo convertir esa idea de que alguien estará pisándole y que usted estará pisando a alguien", reflexiona.

   No es de extrañar que ha insistido en que tiene la actriz Regina Case como protagonista, el de Val. Regina, además de ser una figura carismática y querida del público brasileño es una mujer que se ajusta con la frescura de Val, un papel hecho a medida. La misma Ana explica que Regina "es blanco, es negro, ella es india y ella es una actriz increíble y siempre muy interesada en este asunto", por lo que la elección no fue difícil, lo más difícil fue llevar a la actriz principal de Río, donde vive, a São Paulo para grabar la película.

   Si durante la entrevista Anna no sabía cómo el público español conseguiría su película, ahora debe quedar claro que la historia de Val sonó y dejó un mensaje a los que han pasado por las 20 salas distribuidas por España en la primera semana de lanzamiento, y 50 salas en la segunda semana.

   'Una segunda madre' ya es una película con premios. Compitió con otras 34 películas de 29 países en el festival Berlinale, donde en su primera exposición, fue aplaudida durante siete minutos.

   En el festival de Sundance no fue diferente. La película recibió una ovación de pie. La cineasta explica que desde el momento de la filmación sabía que la película tenía "poder", porque, explica, "todos los días suceden cosas bellas" y señala que hoy después de ver la película "300 veces" es capaz de emocionar, pero modestamente dice que a pesar de que conocía el poder de la película, "nunca había pensado en ganar cualquier premio". De hecho, en la Berlinale, incluso asistió a los premios.

   ¿Un Oscar? Anna no lo descarta. Dice que podría suceder, "es una película con las características suficientes. Sí que podía competir, si entra no me va a sorprender y si no entra, tampoco (me sorprendería). Sería una locura".

   En el tema de la barrera lingüística, explica que aunque en el doblaje se pierden algunas cosas de la película, aún sigue siendo hermoso. "Sin duda, es Brasil (en VO) el lugar más idóneo para verlo" porque según explica en la cinta cuenta, además de con una gran actuación de Regina y sus compañeros, con la diversidad de acentos de diferentes regiones del país que lo hace aún más atractivo.

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HACER CINE EN BRASIL Y EL MACHISMO

   "Hacer cine en Brasil no es fácil". Así es como la cineasta explica cómo lograr la difícil tarea de llevar al séptimo arte público en general.

   "No es fácil. Usted va a ganar dinero por partes. En varios avisos. Usted obtiene unos cinco años de entrar en los mismos avisos, un poco aquí y allá, hay un tipo de derecho, una especie de dinero ... Es bastante complejo. Y aparte de eso, incluso si el dinero era fácil, el cine es difícil y llegar a buen guión es difícil. Hacer cine es una especie hacer una pirámide. Creo que no es fácil en cualquier lugar".

   Incluso con la ayuda de la Agencia Nacional de Cine (Ancine), Anna explica que es complicado. El incentivo de Ancine para la exclusiva co-producción dentro del 'Programa de Brasil de todas las pantallas', que permite la inversión de cinco millones de reales del Fondo Sector Audiovisual (FSA) para las películas producidas en asociación con los países de América Latina hace que no sea tarea fácil porque además de dinero, se necesita encontrar un productor, "un proyecto fresco".

   Sobre la base de este tema de financiación, le preguntamos si el caso Petrobras podría afectar a la película, ya que la empresa estatal de petróleo es una de las empresas que apoyan el cine brasileño, según el cineasta que sólo ocurre en el caso de que la estatal no abra para este año.

   Al hacer una película que no todo se reduce a dinero, hay otro lado oscuro en el cine, que bien explica Anna, que es parte del mundo: el machismo

   Explica que en Brasil, de todas las películas, sólo un 10 por ciento fuera dirigida por mujeres, una realidad que las actrices de Hollywood demostraron y que también fue un tema que se repitió en el festival de Sundance, donde dijo que las mujeres "no aguantan más machismo".

   La cineasta explica que, en su caso, para desarrollar su trabajo decidió "estar lo más atrás posible para evitar tener que convertirme en un hombre y enfrentarme a este tipo de cosas [el sexismo]", recuerda.

   De todas las divisiones sociales, Anna entiende que "lo peor es esta división del machismo porque la mitad del mundo se encuentra superior a la otra mitad y no tiene ningún sentido. Somos lo suficientemente fuertes como para convertirlo. Y el hombre tiene que tener cuidado, en 50 años se convertirá en conserje y su esposa se hará cargo. No tenga ninguna duda", dice entre risas.