Actualizado 24/01/2014 19:23

ANALISIS-FUTBOL-FIFA paga el precio por ignorar las señales de peligro en Brasil


ZURICH, 24 ene, 24 Ene. (Reuters/EP) -

- A la FIFA le ha costado bastante disimular su exasperación ante los problemas de Brasil para la preparación del Mundial de este año, pero el órgano rector del fútbol no puede decir que no vio las advertencias.

Las señales de peligro estaban claras en el 2007 cuando Río de Janeiro tuvo problemas para organizar los Juegos Panamericanos, un evento relativamente menor en términos deportivos globales.

El exceso de costos, una expansión de metro que nunca se materializó y constantes retrasos y problemas en la construcción de los escenarios de competencia, muchos de los cuales fueron terminados a último minuto, deberían haber hecho sonar las alarmas en Zúrich.

Sin embargo, apenas tres meses después, Brasil, el único candidato bajo un sistema de la FIFA de rotación del torneo por los continentes, se llevó la organización del Mundial 2014 casi sin oposición.

Las preguntas sobre la dilapidada infraestructura de Brasil, los problemas sociales, el crimen y la violencia fueron dejadas de lado en medio de elogios al país por sus conquistas dentro del campo de juego.

En los seis años y medio que pasaron desde entonces, con la organización del Mundial ocurrió casi lo mismo que con la preparación para los Panamericanos.

Sin poder hacer mucho, la FIFA ha visto cómo los organizadores han incumplido los plazos, ignoraron los presupuestos originales y recortaron proyectos de infraestructura que hubieran dejado un legado del torneo.

En un ejemplo reciente, la FIFA advirtió en mayo que los 12 estadios del Mundial deberían estar terminados para fin del año pasado y que no se tolerarían los retrasos. Sin embargo, cinco estados no cumplieron con el plazo y la FIFA no hizo nada.

FONDOS PUBLICOS

El tiempo ha sido particularmente cruel con el reporte de inspección en el que la FIFA basó la decisión de otorgar el torneo a Brasil.

"El modelo brasileño para el Mundial es darle prioridad al financiamiento privado en la construcción y remodelación de los estadios a través de concesiones de largo plazo y eventualmente asociaciones público-privadas", dijeron en ese momento los inspectores de la FIFA.

"El objetivo es construir estadios modernos que sigan los requisitos de la FIFA, mientras que los fondos públicos serán destinados a infraestructura básica, en particular seguridad, aeropuertos, calles y hospitales", agregaron.

En cambio, los fondos públicos se han usado para construir los estadios, y mucha de la infraestructura prometida nunca se materializó.

El transporte aéreo también ha sido un gran dolor de cabeza. Sin embargo, el reporte de la FIFA dijo que no había motivos de preocupación.

ENFOQUE PRACTICO

Cuando Sudáfrica organizó el Mundial cuatro años atrás, la FIFA se involucró más en el proceso, presionando a los anfitriones cuando se demoraban las tareas.

Brasil, sin embargo, hace las cosas a su gusto, de una manera que pocos imaginarían, especialmente considerando que la FIFA sobrevive en buena parte de los recursos de los Mundiales.

La FIFA quería solo entre ocho y 10 sedes para reducir los problemas logísticos, sin embargo accedió a que Brasil utilice 12.

Los organizadores locales luego decidieron que las selecciones viajaran por el extenso país en vez de jugar los partidos de grupo en una única sede, aumentando los problemas logísticos.

La FIFA ha amenazado periódicamente y criticado a los anfitriones, para luego dar marcha atrás ante las predecibles reacciones de indignación desde Brasil, que se enorgullece de ser "el país del fútbol".

Sensible a acusaciones de que esté pisoteando la soberanía de Brasil, la FIFA ha actuado con cautela.

"La FIFA no tiene tanto control como le gustaría sobre Brasil 2014. Tal vez hubo una falta de comprensión sobre el 'jeitinho' brasileño", dijo Christopher Gaffney, investigador y profesor de la Universidad Federal Fluminense en Niteroi, cerca de Río de Janeiro, refiriéndose a la expresión usada para hablar de la manera local de hacer algo basados en la improvisación.

"La FIFA tal vez no fue lo suficientemente explícita sobre lo que se necesitaba hacer y cuándo, pero tampoco han sido muy agresiva en intentar manipular la composición de los comités organizadores locales", agregó.

Gaffney comentó que la FIFA parecía desorientada.

"La complejidad de la estructura gubernamental brasileña implementada para el evento ha hecho que ni siquiera la FIFA tenga idea de dónde exigir respuestas", afirmó.

Frente a un escenario semejante, lo único que puede hacer la FIFA es cruzar los dedos y hablar de confianza mutua.

"No hay problemas", dijo el jueves el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, tras otra reunión para aflojar tensiones, esta vez con la mandataria brasileña, Dilma Rousseff.

"Al final, todo estará listo, en todos lados en Brasil", agregó Blatter.