Actualizado 05/07/2014 21:33

ANALISIS-MUNDIAL-Argentina recupera un "fantástico" en el momento justo, logra el equilibro soñado

Por Javier Leira

SAO PAULO, 5 jul, 5 Jul. (Reuters/EP) -

- La selección argentina de fútbol llegó al Mundial con una de las delanteras más temibles del planeta, pero recién en el quinto partido logró que Gonzalo Higuaín, su máximo artillero hace cuatro años, comenzara a mostrar por qué es señalado como uno de los "cuatro fantásticos".

Higuaín, quien había mostrado un nivel bajísimo en los partidos previos de Argentina en la Copa, estuvo mucho más movedizo, rotando por todo el frente de ataque, corriendo a los defensores rivales y por momentos retrocediendo varios metros en el campo para recuperar el balón.

Eso hizo que la defensa belga tuviera algo más de lo que preocuparse que de marcar a Lionel Messi, la figura indiscutida de la "albiceleste" en Brasil y el otro "fantástico" de Argentina en cancha debido a la ausencia de Sergio Agüero por lesión y la salida de Angel di María por un problema físico.

El atacante del Napoli definió de derecha en la primera opción clara que tuvo frente a la valla rival y salió disparado a gritar el gol golpeándose el pecho en una clara señal de desahogo tras sus flojas demostraciones previas.

El sábado, Higuaín además marcó su quinto gol mundialista tras los cuatro anotados en Sudáfrica 2010.

"Yo dije que estaba tranquilo, este grupo se merecía esto, la verdad que estoy muy feliz. El gol llegó en un momento importante (...) no tengo palabras, hacía muchísimos años que no podíamos llegar a una semifinal", dijo Higuaín tras el partido.

"Quedan dos partidos para conseguir este sueño tan lindo", agregó.

Higuaín no llegó a Brasil al 100 por ciento en lo físico, algo que claramente le pesó en la primera ronda y en octavos de final.

A los 55 minutos, el atacante se sacó de encima a un defensor, superó a otro en velocidad y remató con potencia, pero el balón dio en el travesaño.

Pero el desempeño de Argentina en cuartos, el mejor en lo que va de la Copa, no solamente se explica en Higuaín: pese al axioma que dice que un equipo que gana no se toca, el entrenador Alejandro Sabella hizo ingresar a Martín Demichelis y Lucas Biglia por Federico Fernández y Fernando Gago.

El equipo se vio con mayor solidez defensiva y Biglia se mostró como un acompañante ideal para Javier Mascherano en el centro del campo, brindando dosis iguales de esfuerzo e inteligencia para que su equipo no sufriera zozobras en esa zona del campo, como ocurrió en el triunfo 1-0 sobre Suiza.

"Lo mejor que tuvo este equipo fue la personalidad, la inteligencia. El corazón y el alma los teníamos, pero sabíamos que hoy teníamos que jugar con inteligencia", dijo Mascherano.

Ahora, Argentina necesita que Higuaín mantenga el funcionamiento de este partido de cara a las semifinales, y que el mediocampo no vuelva a caer en los errores, por momentos infantiles, que hicieron peligrar su avance en el encuentro con Suiza.