Actualizado 20/06/2014 20:31

ANALISIS-MUNDIAL-DT uruguayo Tabárez, un filósofo dentro y fuera de la cancha

Por Esteban Israel

SAO PAULO, 20 jun, 20 Jun. (Reuters/EP) -

- Si le pregunta por la electrizante victoria 2-1 sobre Inglaterra que mantuvo a su equipo con vida en el Mundial, el entrenador uruguayo Oscar Tabárez dará una de sus típicas respuestas filosóficas.

"A veces las derrotas enseñan más que las victorias", dijo aludiendo la catastrófica caída por 3-1 frente a Costa Rica en el debut de la celeste.

¿Qué mueve a su equipo?

"La motivación es un proceso interno", explicó Tabárez, con la mirada perdida en algún lugar de la sala de conferencias del Arena Corinthians de Sao Paulo, "y está vinculada a la necesidad que sienten las personas de hacer determinadas cosas".

Un ex profesor de escuela, el entrenador uruguayo de 67 años es una especie de filósofo que dio a su pequeño país loco por el fútbol sus mejores resultados desde la famosa victoria sobre Brasil en la final del Mundial de 1950 en el Maracaná.

Apodado el "Maestro" un poco por su pasado en el aula y otro poco por admiración, Tabárez es un hombre de modales suaves, voz monótona y chapado a la antigua cuyas profundas respuestas hacen que las conferencias de prensa parezcan charlas académicas.

Es considerado el hombre que reinventó el fútbol uruguayo, puliendo su estilo tradicionalmente áspero y creando un equipo suficientemente bueno como para llegar hasta la semifinal de Sudáfrica 2010.

Admirado por sus jugadores, Tabárez los estimula a leer en lugar de jugar videojuegos e incluso creó una biblioteca en el centro de entrenamiento en las afueras de Montevideo.

Tras una mediocre carrera como defensor en equipos pequeños, Tabárez enseñó por algunos años en escuelas públicas de barrios obreros de su Montevideo natal antes de dedicarse por completo a su carrera de entrenador.

En 1990 llevó a Uruguay al Mundial de Italia 1990, donde a pesar de alinear a talentosos jugadores como Enzo Francescoli, Ruben Sosa y Daniel Fonseca fue enviado a casa por los anfitriones en la segunda ronda.

VISION DE LARGO PLAZO

En un país con abundante talento futbolístico pero donde los jugadores son a menudo vendidos muy jóvenes a equipos de Europa, Tabárez se dio cuenta que lo que faltaba era una planificación de largo plazo.

Así que cuando lo volvieron a llamar en el 2006, se presentó con un plan de "institucionalización" de cuatro años debajo del brazo.

Fue así que reunió el cohesivo equipo formado por Diego Forlán, Diego Lugano, Luis Suárez y Edinson Cavani que hizo brillar a Uruguay en Sudáfrica y es la base para la actual selección.

Hambriento de victorias, Uruguay dio al Maestro y su equipo una bienvenida de héroes a su regreso de Sudáfrica y mientras otros técnicos perdían sus empleos, Tabárez renovó su contrato.

Uruguay se jugará la vida en el Mundial el martes frente a Italia, que cayó el viernes 1-0 ante la arrolladora Costa Rica.

Un país donde la victoria sobre Brasil en el "Maracanazo" de 1950 pesa profundamente sobre la conciencia colectiva, Uruguay continúa apostando a que podrá superar las circunstancias más adversas.

"Si jugamos bien, si jugamos mal, si somos un equipo mediocre. Eso es todo muy opinable", dijo Tabárez antes de su victoria contra Inglaterra.

"Es un hecho objetivo que hemos salido de situaciones muy difíciles", añadió, premonitorio, "y varias veces".