SAO PAULO, 13 Jun. (Notimérica/EP) -
En un estadio por finalizar; un público descentrado respecto al evento previo; dos políticos --uno del fútbol, la otra presidente del país-- callados en sus sitios, y 9 millones de dólares de por medio. Ese es el espectáculo que se pudo disfrutar durante escasos 26 minutos en la inauguración del Mundial de Brasil. No faltaron ni Jennifer López, ni Pitbull, ni Claudia Leitte, ni se debe olvidar al tipo que les enfundó sus trajes.
Es sorprendente lo austera que resultó la escenificación cuando se conoce el presupuesto con que ésta contaba. Unas 700 personas bailaban capoeira y tocaban tambores, mientras, un balón relativamente grande en el centro del campo se desgajaba y dejaba paso a un pequeño escenario en el que ascendieron desde dentro los cantantes Claudia Leitte, posteriormente Pitbull, y en última instancia Jennifer López.
Fue todo un espectáculo eso sí, ver desfilar a los cantantes puesto que la actuación fue un descarado 'playback', muy criticado en las redes sociales con 'tuits' como "#AperturaDelMundial lamentablemente alto playback" de @AgusMalik12; "Que pena esa #inauguracionmundial gastaron tanto en los estadios que no les quedó para una presentación decente." por ?@Lucia_Tedice. Más críticas y comentarios jocosos se pueden encontrar bajo el hahstag 'inauguraciónmundial'.
La bandera de Brasil y los ritmos y coloridos tópicos no fueron suficiente para hacer que el público se entregase y se olvidara de Dilma Rousseff y de todos los males que asolan a una gran parte de la sociedad. Y no es que el fútbol les uniera, que ya lo estaban, es que fue lo único que distrajo los ánimos.
Según los organizadores, para cada minuto del espectáculo se invirtieron 20 horas de ensayos, (pueden hacer los cálculos por los 26 que duró); y para el proyecto fueron utilizadas 15 costureras, 120.000 metros de tejidos, 50.000 metros de hilos, 50.000 piedras y cristales decorativos, 300 metros de cremalleras y 606 aderezos. No quedó suficiente para el vestido de 'JLo'.
Dentro del breve espectáculo faltó lo más típico de este tipo de actos, un discurso inaugural que muestre el espaldarazo de los jefes de los organismos a los esfuerzos por el trabajo de elaboración del campeonato. Puede decirse que todo ocurrió rápidamente y el fútbol copó pronto el protagonismo.
Aunque eso sí, tras la ceremonia más de un hincha se acordó de la presidenta del Gobierno y, a falta de pancartas, con todas las protestas gráficas prohibidas, hubo cánticos contra su figura.