Actualizado 01/08/2009 16:42

BEISBOL-Salón Fama debería admitir casos dopaje positivo

Por Larry Fine

NUEVA YORK (Reuters/EP) - El Salón de la Fama del béisbol debería adoptar a algunos jugadores que se han destacado en el deporte usando esteroides, ya que ellos se sentirían en casa entre los rufianes y los héroes ya honrados en Cooperstown.

Eso dice Zev Chafets, autor del libro "Cooperstown Confidential, una historia y análisis del Olimpo del béisbol, donde el domingo Rickey Henderson y Jim Rice obtuvieron sus placas y quedaron inmortalizados en el museo de Nueva York.

"El Salón de la Fama no podría excluir a todos o a la mayoría de los grandes atletas que jugaron en lo que ellos llaman la 'era de los esteroides' sin hacer una broma sobre sí mismo", dijo Chafets a Reuters días atrás.

"El Salón de la Fama está destruyendo su propia credibilidad y razón de ser," agregó el autor.

Chafets cree que Mark McGwire, quien elevó la dañada popularidad del béisbol con un récord de 70 jonrones en 1998, está siendo descartado por una reacción moralista de los votantes que defienden un ideal hipócrita. Al autor le preocupa que la sombra del dopaje también bloquee el ingreso al Salón de Barry Bonds, Sammy Sosa y Roger Clemens.

Estas inquietudes motivaron a este periodista, que creció e las afueras de Detroit como simpatizante de los Tigres, a estudiar el Salón de la Fama.

Chafets recorre un terreno familiar al detallar la turbia impronta de los miembros de la nómina de 1937 Ty Cobb, un violento racista, y Babe Ruth, conocido por su alcoholismo.

Chafets, de 62 años, le recuerda a los lectores sobre los célebres consumidores de píldoras entre los personajes de las ligas mayores, lanzadores que adulteraron la pelota para obtener ventaja y miembros del Salón de la Fama que estaban decididos a preservar al juego racialmente segregado, algunos de los cuales él identifica como miembros del Ku Klux Klan.

MITO SOBRE CREACION

El autor, quien ha trabajado como columnista político en diarios, fue editor de revistas y escribió 11 libros, también explora cómo un falso mito de la creación del béisbol convirtió a la ciudad agrícola de Cooperstown en el supuesto lugar de nacimiento del deporte.

El examina el poder ejercido por la familia local Clark, cuya riqueza estuvo ligada al éxito de la compañía de máquinas de coser Singer en el siglo XIX, y se lamenta que la Regla 5 del apéndice electoral del Salón de la Fama en 1944 hiciera de "la integridad, el espíritu deportivo y el carácter" cualidades para ingresar al selecto grupo.

"Estaba en Israel durante el caso McGwire-Sosa", dijo Chafets, quien se mudó allí a los 20 años, se desempeñó como director de la Oficina de Prensa del Gobierno del primer ministro Menachem Begin y fue editor fundador de la revista Jerusalem Report.

"Solía quedarme despierto hasta tarde con amigos escuchando transmisiones de radio de esa carrera de jonrones. Fue emocionante. Y luego aparece alguien diciendo: "El estaba tomando esto, él estaba tomando aquello, así que ese jonrón no vale".

"Bueno, discúlpenme, pero yo creo que vale. Y no quiero que me digan lo contrario. Díganme si el tipo estaba tomando algo. Está bien. Pero no me digan que no vale", agregó Chafets.

McGwire, octavo en la tabla de jonrones con 583 y quien admitió haber usado androstediona, un precursor de los esteroides, obtuvo 23,5 de los votos en su primer año como candidato al Salón de la Fama en 2007. Para ser nominado se necesitan 75 por ciento de los votos de los periodistas. El año pasado obtuvo 23,6 por ciento y en el 2009, 21,9.

Chafets, quien detalló ilícitos con apuestas por parte de integrantes del Salón de la Fama, también defiende a Pete Rose, descalificado por apostar, además de argumentar que el uso de sustancias mejoradoras de rendimiento niveló el juego.

Un informe del Senado de hace dos años identificó a 85 jugadores de la actualidad y el pasado como vinculados, en varios grados, al uso ilegal de esteroides y otros medicamentos para mejorar el rendimiento.

IDEAL ROMANTICO

"En una sociedad en la que todos usan sustancias que mejoran el rendimiento -estudiantes, maestros, pilotos, abogados, tipos que tratan de hacer el amor con sus esposas- ¿estás diciendo que solo los jugadores de béisbol no deberían poder mejorar su rendimiento mediante el uso de sustancias químicas?", dijo Chafets.

"No estoy a favor de los esteroides, no tomo esteroides. Pero hay mucha gente que ha demonizado a las drogas y ellos han convertido al béisbol en algún tipo de adoración de ancestros," agregó el autor.

Chafets dijo que juzgar a los jugadores actuales según el ideal romántico de pureza del siglo XIX podría perjudicar a la base de seguidores del béisbol.

"Pienso que muchos hinchas de béisbol, especialmente los más jóvenes y los afroamericanos, y tal vez ahora los hispanos también, ellos ven esta hipocresía y este anhelo de un país con el que no se sienten identificados, que probablemente nunca existió," dijo Chafets.

"El Salón de la Fama fomenta esto, se presenta a sí mismo como una institución cuasi religiosa. La gente acude al lugar en peregrinaciones, es un santuario. Si eres elegido, quedas canonizado. Te vuelves inmortal", sostuvo Chafets.

El autor observó que el deporte ha cambiado cada década en el último siglo de formas más radicales que los esteroides, haciendo que las comparaciones entre generaciones resulten difíciles. Enumeró los avances en el equipamiento y los tratamientos médicos, para luego dar pinceladas más amplias.

"El béisbol estuvo segregado; ahora está integrado. Antes sólo estaba en la costa este y ahora es un deporte nacional. Solía ser sólo para jugadores estadounidenses; ahora un tercio son extranjeros. Solía ser jugado de día y ahora es jugado por las noches. Se pueden enumerar una decena de cosas que constituyeron cambios más grandes que las sustancias", dijo.

"Eso es el béisbol", concluyó el autor.