Actualizado 17/12/2013 21:01

Brasil.- Portugal es el principal "mercado paralelo" del "tráfico ilegal" de futbolistas brasileños


BRASILIA, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -

Con el invierno más suave de Europa y el mismo idioma, Portugal se ha convertido en la puerta de entrada a Europa predilecta para los jugadores brasileños. Sin embargo, muchos de estos jovenes proceden del "tráfico ilegal" de futbolistas en Brasil, formando posteriormente un "mercado paralelo" en Portugal y otros países europeos, según han denunciado agentes, sindicatos y otras instancias del fútbol portugués.

El presidente del Sindicato de Jugadores Profesionales de Fútbol de Portugal (SJPF), Joaquim Evangelista, ha denunciado las malas artes a las que están expuestos los jóvenes futbolistas. En la mayor parte de los casos llegan a coste cero para los clubes pues son ellos mismos quienes corren a cargo con los gastos del viaje, su manutención y alojamiento, así como de la remuneración del agente. Otros no corren tanta suerte y ven como su representante huye con el dinero.

Normalmente, las fechas en las llegan los jóvenes a Portugal son fuera del periodo de fichajes. Por tanto, los futbolistas permanecen en pequeños alojamientos que los clubes ofrecen, los cuales están repletos de muchachos llegados también de otras partes del mundo, según ha publicado Agencia Brasil.

"Los clubes organizan partidos de preparación y entrenamientos con el objetivo de aprovechar el potencial de alguno de ellos. Sin embargo, todos aquellos que no son seleccionados quedan abandonados, les echan de los lugares donde duermen y les prohíben la entrada a sus comedores subvencionados. Además, muchos ven como el dinero que invirtieron en un principio ha sido desviado por su supuesto agente", alerta Evangelista.

Rodrigo Gomes Pacheco fue protagonista de uno de estos casos. El portero de 27 años, hoy en las filas del Académico Viseu de la Segunda División portuguesa, tuvo que trabajar en el sector de la hostelería, y en servicios de limpieza y mudanzas antes de conseguir su primer contrato profesional.

"Estuve cinco meses sin jugar. Así que tuve que trabajar para subsistir a la espera de una oportunidad", dice Rodrigo, quien después de obtener esta nueva posibilidad tuvo que, de camino entre Brasil y Portugal, hacer frente al papeleo federativo y burocrático que le permitiera jugar.

No obstante, Rodrigo previene que los casos de explotación no acaban ahí, pues se dan casos de jugadores "que casi pagan por jugar", pues el club al no poder hacer frente a un posible traspaso proponen al futbolista que le sea descontado de su salario el importe que se adelante por él.