Actualizado 21/06/2013 03:51

Cientos de miles de manifestantes marchan en Brasil

Por Eduardo Simões y Felipe Pontes


RIO DE JANEIRO, 21 Jun. (Reuters/EP) -

- Las mayores protestas de Brasil en más de dos décadas se intensificaban el jueves pese a las concesiones del Gobierno para calmar a los manifestantes, con unas 300.000 personas tomando las calles de Río de Janeiro y grandes multitudes marchando en otras ciudades.

Tras más de una semana de protestas, los manifestantes no dan señales de bajar los brazos pese a que las alzas de las tarifas de transporte que desataron el malestar fueron revocadas en las dos mayores ciudades del país el miércoles.

Los manifestantes se congregaron el jueves en las afueras de los estadios donde se disputaron dos partidos de la Copa Confederaciones y en lugares tan diversos como Manaos, capital del Amazonas, y la sureña ciudad de Florianópolis.

"Veinte centavos fue el comienzo", se leía en carteles sostenidos por varias personas en la Avenida Paulista, principal avenida del centro de Sao Paulo, en referencia a la reducción en el pasaje de autobús.

En la capital nacional, Brasilia, decenas de miles de manifestantes marcharon frente a las oficinas del Congreso, la Corte Suprema y la presidencia.

La ola de protestas hizo que la presidenta Dilma Rousseff cancele un viaje la próxima semana a Japón, informaron desde su despacho.

La persistencia de las protestas refleja lo que se ha vuelto una queja generalizada sobre altos impuestos, inflación, corrupción y malos servicios públicos.

Utilizando el desarrollo de un torneo internacional de fútbol como escenario, también han denunciado los más de 26.000 millones de dólares que saldrán de las arcas fiscales a causa del Mundial del próximo año y los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016, dos eventos que buscan mostrar un Brasil desarrollado y moderno.

En el estadio Maracaná de Río de Janeiro, donde España goleó 10-0 a Tahití por la Copa Confederaciones, los hinchas corearon canciones de protesta y respaldaron las manifestaciones en la ciudad.

Horas antes, en esa ciudad los comerciantes cerraron las puertas de sus negocios, mientras que bancos y otros establecimientos vallaron sus puertas para evitar que se produzcan los mismos daños que en las manifestaciones del miércoles, que reunieron en la ciudad a unas 100.000 personas.

En Salvador, una ciudad norteña que también es sede de la Copa Confederaciones, los manifestantes chocaron con la policía, que lanzó gases lacrimógenos para dispersarlos.

Los disturbios se producen mientras Brasil, después de casi una década de crecimiento económico que llevó a un mayor perfil del país en el escenario global, entra en un período de incertidumbre.

Un crecimiento económico menor al 1 por ciento anual, sumado a una inflación anual del 6,5 por ciento y una pérdida de apetito por los activos brasileños de parte de los inversores internacionales, han desinflado rápidamente lo que había sido una sensación de era de bienestar para Brasil.

El real se hundió por segundo día consecutivo el jueves y perdió un 1,69 por ciento, a 2,2580 unidades por billete verde para la venta.