Actualizado 04/06/2016 12:48

Diego Armando Maradona, luces y sombras de un genio

Maradona
REUTERS

   BUENOS AIRES, 4 Jun. (Notimérica) -

   El 4 de junio de 1982 es un día que muchos seguidores del FC Barcelona tiene grabado en la memoria, pues se hacían con los servicios del que hoy en día muchos consideran el mejor jugador de la historia del fútbol: Diego Armando Maradona.

   'El Pelusa' debutó con 15 años en la Primera División argentina en 1976 con el Argentinos Juniors, encuentro que perdió 0-1 contra el Talleres de Cordoba.

   Precisamene con Argentinos se consagró máximo goleador de los torneos 'Metropolitano' 1978, 'Metropolitano' y 'Nacional' 1979, 'Metropolitano' y 'Nacional' 1980, valiéndole un record en el fútbol argentino: es el único jugador que ha conseguido consagrarse goleador del torneo en cinco ocasiones.

   Su primera decepción como futbolista llegó en 1978, cuando el seleccionador César Luis Menotti le dejó fuera de la lista para el Mundial de 1978, torneo que ganarón los sudamericanos tras derrotar a Holanda en la final.

   Sin embargo, un año después se proclamó campeón del mundo con la selección juvenil tras derrotar por 3-1 a la antigua Unión Soviética, convirtiéndose en el mejor jugador del torneo. Había nacido una estrella.

   Su debut con la absoluta llegaría ese mismo año después de que Menotti comenzara a depositar su confianza en los jóvenes talentos argentinos de cara al próximo mundial. Maradona respondió marcando su primer gol con la albiceleste frente a Escocia en un partido amistoso.

PRIMER TÍTULO

   En 1981 se hizo oficial su incorporación al Boca Juniors, el gigante del fútbol argentino, con permiso de River Plate.

   Como años atrás, marcaba su primer gol con los 'xeneizes' contra el Talleres, aunque esta vez lo haría por partida doble. Una de las primeras grandes noches de Maradona con el club de sus amores llegó el 10 de abril de 1982, cuando marcaba su primer gol en el Clásico del fútbol argentino frente a River.

   Esa misma temporada, el club bonaerense se proclamó campeón del Metropolitano, cosechando así su primer gran título a nivel de clubes y su único en el fútbol argentino.

   Meses después y tras una temporada llena de vaivenes debido a la tensa relación que mantenía con el técnico y las presiones de 'La Doce', la barra de Boca, exigiendo mejores resultados, 'El Pelusa' ponía rumbo a Europa.

GOLES, LESIONES Y PUÑETAZOS EN LA CIUDAD CONDAL

   Su primera parada sería en Barcelona después de que la entidad culé desenvolsara 1.200 millones de pesetas (unos 8 millones de dólares) por su pase a día 4 de junio de 1982, una cifra astronómica en aquellos años y el mayor gasto hasta ese momento por parte de los blaugranas.

   De nuevo Maradona tuvo que enfrentar una serie de adversidades como una hepatitis --que le mantuvo fuera de los terrenos de juego varios meses-- y una fuerte lesión que mermaron su rendimiento. Además, su relación con la directiva culé no fue del todo satisfactoria.

   A pesar de ello, consiguió con los azulgranas la Copa de la Liga, la Copa del Rey (ambas en 1983) y la Supercopa de España (1984), las dos primeras superando al máximo rival, el Real Madrid, llegando a salir ovacionado del Santiago Bernabéu por un gran gol en la final de la Copa de la Liga.

   Fue en su segunda temporada cuando llegó la grave lesión, rompiéndose el tobillo izquierdo en un partido frente al Athletic de Bilbao, lo que le mantuvo otros tres meses sin vestir de corto.

   Tras su vuelta al verde, Maradona contribuyó a que el club alcanzara la final de la Copa del Rey, donde vivió uno de los momentos más negros de su carrera deportiva.

   En la final se reencontraba con el jugador del Athletic Goikoetxea, responsable de su anterior lesión, por lo que el encuentro venía precedido de un fuerte clima de tensión.

   Tras el pitido final --con victoria de los vascos-- los jugadores se enredaron en una batalla campal, lo que le sirvió a Maradona para enfrentar tres meses de sanción.

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   El castigo impuesto fue el empujón definitivo para que 'el 10' hiciera las maletas rumbo al sur de Italia para unirse a las filas del Nápoles, previo paso por México, donde disputaría su primer mundial y se encumbraría como el mejor jugador del mundo.

MUNDIAL DEL 86, LA CONSAGRACIÓN DE UN GENIO

   "La va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, y deja al tercero y va a tocar para Burruchaga... ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta...Goool... Goool... ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo, viva el fútbol! ¡Golaaazooo! ¡Diegoool! ¡Maradona! Es para llorar, perdónenme..."

   Seguramente esta sea una de las narraciones más famosas en toda la historia del fútbol, protagonizada por el comentarista argentino Víctor Hugo Morales. El motivo de su euforia desenfrenada: el --considerado por muchos-- mejor gol de todos los tiempos.

   Sucedió en los cuartos de final frente a la selección inglesa. Maradona agarró el balón en el medio campo, dejó atrás a cinco rivales --incluido el portero-- y la empujó al fondo de las mallas. Aquella genialidad fue bautizada como el 'gol del Siglo'.

   Curiosamente, fue en ese mismo partido cuando se produjo otro de los goles más recordados por los amantes del fútbol: la 'mano de Dios'. Tras un rechace del defensor inglés Steve Hodge, Maradona se adelanta al arquero británico valiéndose con su mano y anotando el primer gol del partido.

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   Por 2-1, Argentina alcazaba las semifinales mundialistas, campeonato del que acabarían proclamándose campeones tras derrotar a la Alemania Federal en el estadio Azteca de México. La albiceleste se proclamaba campeóna del mundo por segunda vez.

EL ASCENSO AL OLIMPO DEL NÁPOLES

   La presentación en el Nápoles fue el 5 de julio de 1984, ante un estadio San Paolo repleto. En la temporada anterior el equipo había evitado el descenso por un punto, por lo que los aficionados estaban entusiasmados por la llegada del jugador.

   El desembolso realizado por el club napolitano --1.185 millones de pesetas (cerca de 8 millones de dólares-- fue recompensado por su rendimiento deportivo, aunque tuvieron que esperar hasta su tercera temporada para levantar por fin el 'scudetto' (temporada 86/87).

   Gran parte del palmarés que acumula el Nápoles fue con 'El Pelusa' en plantilla, que encumbró a los 'azzurri' a la cima del fútbol italiano.

   El equipo también venció su tercera Copa Italia, ganando todos los partidos, incluyendo las dos finales disputadas contra el Atalanta. El doblete Scudetto/Copa Italia fue un logro que sólo habían podido conseguir hasta el momento el Torino, la Juventus y el Inter.

   Otro 'scudetto' y una Copa de la UEFA, además de varios subcampeonatos --tanto ligueros como coperos-- fue el palmarés final que dejó el argentino en el club italiano.

VUELTA A ESPAÑA Y ARGENTINA

   En septiembre de 1992, el genio del fútbol regresaba a España, esta vez rumbo a Nervión. El Sevilla se hacía con sus servicios a cambio de 750 millones de pesetas (algo más de 5 millones de dólares).

   Debutó oficialmente con el conjunto sevillano el 4 de octubre de 1992. Curiosamente, el rival del Sevilla fue el Athletic Club, el mismo club ante el que había jugado su último partido en el fútbol español ocho años antes.

   Durante esta época, Maradona levanta su segundo trofeo con la absoluta argentina: la Copa Artemio Franchi de 1993. Desafortunadamente, las lesiones y una mala relación con la directiva sevillista arrojaron nuevas sombras sobre la figura de Maradona.

   De este modo, en 1993 cerraba su vuelta a Argentina, para enrolarse en las filas del Newell's, donde no cosechó ningún título.

MUNDIAL DE EE.UU Y ESCÁNDALO

Durante la temporada 93/94 se celebró el Mundial de Estados Unidos. Fue en el primer encuentro, frente a Grecia, cuando marcó su último gol mundialista.

   Si la batalla campal con el Athletic fue uno de los puntos más negros en su carrera, lo ocurrido durante este Mundial fue, sin duda, el peor de los momentos de Maradona: en un control antidopaje dio positivo tras encontrarle efredrina en el organismo. El Dios del fútbol era sancionado de nuevo, esta vez, por 15 meses.

   Tras cumplir la sanción y un breve periplo como director técnico de Racing y de Mandiyú, Maradona volvió al club de sus amores: el Boca Juniors. Allí colgó las botas tras disputar su último encuentro frente a su acérrimo rival: el River Plate.