Por Pedro Fonseca
RIO DE JANEIRO (Reuters) - Superar adversidades, jugar en equipo, nunca pensar en perder y tener hambre de medallas.
Las frases pueden parecer clichés deportivos, pero venidas de un entrenador campeón olímpico ciertamente tendrán un peso diferente para la selección masculina de baloncesto de Brasil en su regreso a los Juegos Olímpicos tras 16 años.
El argentino Rubén Magnano, considerado un "fenómeno" y que cuenta en su currículum con la medalla de oro con Argentina en los Juegos de Atenas 2004, busca repetir en el equipo brasileño los mismos ingredientes que lo llevaron al éxito de la selección de su país.
"Si yo consigo ser competitivo en mi entrenamiento, las posibilidades están abiertas para conseguir una medalla", comentó Magnano en una entrevista a Reuters.
La clasificación a los Juegos por primera vez desde 1996, conseguida tras una victoria sobre Argentina como visitante en el torneo preolímpico del año pasado, cerró la peor fase de la historia del baloncesto masculino brasileño.
Magnano ahora cree que su equipo puede llegar al podio olímpico por primera vez desde que obtuvo el bronce en 1964 (también fue tercero en 1948 y en 1960) si pone en práctica los mismos principios que fundamentaron la "generación de oro" del baloncesto en su país.
"La primera cosa que se viene a la cabeza es el hambre de aquel equipo por una medalla. Claro que existen condiciones técnicas y tácticas, pero sobre todo el hambre que ellos tenían por pelear por la medalla", afirmó Magnano por teléfono desde São Paulo, al citar una característica que marcó a aquella selección argentina.
Al ser consultado sobre si Brasil ya ha dado muestras de esa determinación en busca de la medalla, Magnano fue enfático: "Claro que sí. El preolímpico fue la muestra. Quedó claro cómo se juega en equipo, lo que siente un equipo, fue un ejemplo".
"Sin dudas, una vez clasificados ellos ya comenzaron a soñar con una buena posibilidad dentro de los Juegos de Londres. Para ellos va a ser una competencia totalmente nueva, pero eso va a alimentar esa hambre que tenemos que tener para luchar por medallas", agregó.
JUGADORES DE LA NBA
La buena campaña brasileña en el torneo preolímpico fue lograda con un equipo solidario y sin ninguna estrella de brillo individual.
Tiago Splitter fue el único de los cuatro brasileños que actúan en la NBA en representar a la selección. Anderson Varejão se presentó, pero salió por lesión, mientras que Nenê e Leandrinho rechazaron la convocatoria.
La clasificación olímpica sin esos jugadores despertó un debate sobre si deben ser convocados o no para los Juegos. El ex jugador Oscar Schmidt, ícono del deporte nacional con cinco Juegos disputados y que describe a Magnano como un "fenómeno", es una de las voces más firmes contra el llamado.
Magnano dejó las puertas abiertas a todos desde un comienzo, pero mantendrá el misterio hasta el 17 de mayo, cuando anunciará a los jugadores convocados para iniciar la preparación olímpica.
"Creo que Brasil no está en condiciones de cerrar puertas y sí de evaluar caso por caso, tranquilamente e inteligentemente", comentó el técnico, que tiene que llamar a 16 jugadores para los entrenamientos y los torneos preparatorios para los Juegos, de los cuales sólo 12 irán a los Olímpicos.
En Londres, Brasil tendrá como objetivo avanzar al menos como tercero de su grupo para evitar una eventual confrontación en cuartos de final con Estados Unidos, que es el favorito indiscutido para ganar su zona.
Magnano, quien fue ovacionado por los hinchas de su país cuando dirigió a Brasil contra la "albiceleste" en el torneo preolímpico, espera un reencuentro con sus ex dirigidos. Un eventual partido en Londres podría darse en semifinales.
"Si nos cruzamos con Argentina, quiere decir que hasta este momento hemos hecho un buen trabajo. Ojalá que nos enfrentemos a Argentina", afirmó.