Por Alan Baldwin
BUDAPEST (Reuters/EP) - El piloto brasileño Rubens Barrichello llevaba el jueves sus sentimientos en el pecho en la antesala del Gran Premio de Hungría de la Fórmula Uno donde se presentó con una camiseta que decía "Mister Happy".
Después de acusar airadamente a su equipo Brawn GP, líder del Campeonato de Constructores, de ser responsable de no lograr la victoria en la última carrera en Alemania, el brasileño dejó claro que se había calmado y que estaba en paz con el mundo.
"No tengo problemas. Ya pueden verme", dijo a periodistas.
Barrichello sostuvo en Nürburgring que estaba "terriblemente molesto" con la manera en que terminó la competencia. El sudamericano lideró la carrera en la que finalizó sexto y detrás de su compañero de equipo, Jenson Button, tras un problema con la plataforma de combustible.
"No quiero hablar con nadie del equipo (...) Todos dirán 'bla, bla, bla', y yo no quiero escuchar eso", comentó en aquella ocasión.
El brasileño dijo que Ross Brawn, propietario del equipo, lo había llamado desde Estados Unidos el martes a las 06:30 de la mañana para intentar calmar los ánimos.
"El dijo que escuchó cosas que realmente no hubiera querido escuchar (...) Fue una conversación agradable (...) se refirió al tema y debí enviar un correo electrónico a todo el equipo (pidiendo disculpas), y lo hice de todo corazón", explicó.
"Le dije que no tenía problemas con el equipo, ya que nunca los tuve. Sólo fue una carrera frustrante", agregó.
Barrichello no gana una carrera desde el 2004, cuando estaba en Ferrari, y ha tenido que conformarse con ver cómo Button ganaba seis de las siete primeras carreras esta temporada.
Brawn fue superada por Red Bull en las últimas dos carreras, pero espera volver a ganar en el Gran Premio de Hungría ayudada por el calor, tras un par de competencias relativamente frías que favorecieron a sus rivales.
(Por John Mehaffey; Editado en español por Javier Leira)