Por Luis Ampuero
BUENOS AIRES (Reuters/EP) - El líder Huracán podría alzar su segundo título argentino en 36 años con sólo empatar el domingo en su visita a Vélez Sarsfield, su escolta a un punto y el único que puede romper sus sueños de campeón en la decimonovena y última jornada del torneo de fútbol Clausura.
Huracán, líder con 38 puntos, fue campeón por única vez en 1973 bajo la conducción del técnico César Luis Menotti, quien ganó con la selección argentina el mundial de 1978 en Buenos Aires.
La final tendrá como condimento especial el choque entre dos estilos diferentes, el "jogo bonito" que le impuso el técnico Angel Cappa a Huracán y la solidez defensiva y agresividad en todas sus líneas que implementó en Vélez el "Tigre" Ricardo Gareca.
"Los Angeles de Cappa", alumno incondicional del estilo de Menotti, despertaron por su juego de toque y precisión la admiración de simpatizantes de otros equipos que arrasaron en las encuestas apostando a su consagración.
"Los Tigres de Gareca", cuyo técnico dijo que "el único estilo que me interesa es ganar", recibieron de la gente el reconocimiento a su entrega y a su fuerte actitud defensiva pero no le dan tantas chances ante el esquema de Huracán.
El juego de toque y precisión que le impuso Cappa a Huracán fue bautizado por la prensa argentina como el "tiki tiki", por la elegancia en el armado de las jugadas de Patricio Toranzo, Javier Pastore, Matías Defederico y Mario Bolatti.
Las actuaciones de esos jugadores llamaron la atención del director técnico de la selección argentina Diego Maradona, quien, a excepción de Toranzo que pertenece a River Plate, confirmó que convocará a Pastore, Defederico y Bolatti para los próximos partidos del equipo albiceleste.
BARBIJOS PARTIDARIOS
El oportunismo comercial estuvo en su esplendor esta semana cuando un grupo de personas vendieron a poco más de un dolar barbijos con el escudo de Vélez Sarsfield en las largas colas donde se adquirían los tickets.
Apenas 4.500 hinchas de Huracán podrán ver la final en la cancha de Vélez, por eso los dirigentes del "Globito" decidieron colocar una pantalla gigante en su estadio Tomás A. Ducó.
El jueves y viernes los simpatizantes agotaron en un par de horas los boletos para la final a pesar del frío y las amenazas del virus de la influenza H1N1, que en Argentina provocó la muerte de al menos 44 personas.
Según medios locales, las autoridades gubernamentales informaron que en las cercanías estadio de Vélez se repartirá el fármaco que atenúa los síntomas de la enfermedad.
En muchas ciudades del país se dispuso la suspensión de conciertos y misas, el cierre de clubes, bares, restaurantes y centros comerciales y algunas empresas permitieron a sus empleados trabajar desde sus casas.
El fin de semana se disputarán todos los partidos del torneo Clausura, una de las pocas actividades que no fueron suspendidas por temor a la influenza.