Actualizado 22/06/2006 01:11

Fútbol/Mundial.- Argentina y Holanda se reservan para octavos


FRANCFORT (ALEMANIA), 21 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las selecciones de Argentina y Holanda replegaron velas y sellaron un empate incoloro, sin goles y sin apenas argumentos ofensivos, que deja a la selección albiceleste en la primera posición del grupo C, y con México de rival en octavos, y a la holandesa, segunda y con un cruce a priori más complicado ante la Portugal de Scolari.

Ambas selecciones, sin renunciar a su estilo, especialmente la argentina, nunca se entregaron en cuerpo y alma a encontrar la portería contraria, conscientes de que deben reservar fuerzas para afrentas de mayor tamaño que la de 'discutir' sobre el rival de octavos.

Argentina en cambio hizo más méritos que una Holanda irreconocible, alejada de su tradicional estilo ofensivo y conformista con su posición de segunda clasificada. Los seleccionadores mostraron sus intenciones desde el banquillo, dejando a algunas de sus principales figuras en el banco, como Saviola y Crespo en el lado argentino, y Robben o Heitinga en el holandés.

Fue Carlos Tévez el principal protagonista del ataque de ambas selecciones. 'El Apache' reivindicó un hueco en la titularidad con un partido constante, y siempre incidiendo en la debilidad de la zaga holandesa.

Los primeros minutos de dominio tulipán dejaron paso a lo más destacado de Argentina cuando Riquelme tomó el mando. Hasta entonces ni siquiera había habido noticias de Messi, por primera vez titular. El del FC Barcelona protagonizó algún destello, pero su juego careció de significado.

Bajo la tutela de Riquelme, que estrelló un balón en el palo con ayuda de un defensa en el lanzamiento de una falta, Argentina desplegó su mejor juego, pero le faltó remate. Maxi Rodríguez, con un disparo desde la frontal, acarició el tanto, pero no era el día de gastar balas y ambos equipos fueron replegando sus intenciones.

En la segunda mitad, Holanda ni siquiera se acercó a la meta defendida por Abbondanzieri y Argentina tampoco obligó en exceso a Van der Sar, salvo un disparo de Tévez. Ambas selecciones redujeron su marcha y su intensidad. Los de Pekerman bajaron el ritmo, jugaron de manera pausada y así tampoco pudieron hacer daño a la defensa tulipán.