SAO PAULO (Reuters) - Sao Paulo de Brasil se proclamó el miércoles campeón de Copa Sudamericana de fútbol, luego de que el árbitro finalizó anticipadamente el duelo de vuelta de la final del torneo en que el local vencía 2-0 al conjunto argentino de Tigre, que se negó a salir en el segundo tiempo debido a supuestas agresiones.
Un representante de la Conembol señaló a medios de prensa que, ante el abandono de Tigre, el árbitro dio por finalizado el encuentro, con lo que Sao Paulo se adjudicó el título del torneo.
"Nosotros no vimos nada. Pero sí constatamos algunas lesiones en los jugadores, que no sabemos quién se las provocó", dijo el árbitro chileno Enrique Osses momentos antes de suspender el duelo, tras aguardar inútilmente el regreso del equipo argentino al campo de juego.
Al término de la primera etapa, los jugadores de ambos planteles se enfrentaron en un amago de pelea, que según el técnico argentino continuó en el sector camarines con amenazas con pistolas por parte del personal privado de seguridad del equipo local.
"Hay jugadores lastimados, eso es San Pablo (...) Sacaron dos revólveres, no se juega más", dijo el técnico de Tigre, Néstor Raúl Gorosito a la cadena de televisión Fox Sports.
"Nos emboscaron y en la primera escaramuza uno saca un revólver y se lo pone a Albín (portero de Tigre). Eso está visto por gente de seguridad de ellos, por policías, que también nos dio palos (...) Eran como unos 20 tipos", agregó uno de los miembros de seguridad del equipo argentino.
El partido ya se había caldeado antes del inicio, cuando el bus de la delegación argentina fue apedreado por hinchas locales. A esto se sumó luego un entrevero del plantel de Tigre con agentes de seguridad de Sao Paulo, los que intentaron impedir el ingreso de los jugadores argentinos al campo de juego para practicar con el balón.
Sao Paulo, que en la ida igualó 0-0 como visitante, se alzó como campeón invicto al imponerse en el estadio Morumbí con goles del enlace Lucas y el atacante Osvaldo, a los 22 y 27 minutos, respectivamente. El duelo fue presenciado por unos 67 mil espectadores.
La victoria del conjunto dirigido por el técnico Ney Franco significó para el popular equipo brasileño aumentar un abultado palmarés que incluye además tres Copa Libertadores y una Copa Mundial de Clubes de la FIFA.
Tigre, en tanto, no pudo festejar en grande en la primera final internacional que disputó en sus 110 años de historia.
Sin el temido Luis Fabiano en la ofensiva del conjunto local, expulsado en la ida junto al defensor de Tigre Alejandro Donatti, Sao Paulo apostó por alguna genialidad de Lucas para romper el cerco defensivo que imponía con éxito el conjunto argentino en un comienzo.
El hábil centrocampista, que disputó su último duelo en el equipo antes de partir al París Saint Germain francés, acertó en la primera opción que tuvo en el duelo al empalmar un balón tras una jugada asociada en la que participaron el volante Jadson y el ariete Willian José.
Poco después, el mismo Lucas comandó una jugada que finalizó el atacante Osvaldo para aumentar el marcador tras resolver con calma y elevar el balón ante la salida del meta argentino Damián Albil.
Sao Paulo, que terminó en cuarto lugar del Brasileirao -torneo que no obtiene desde el 2008-, se enfrentó a un equipo que finalizó penúltimo en la liga argentina.
Tigre, sin capacidad de reacción, careció de variantes y tanto Rubén Botta como Ezequiel Maggiolo naufragaron en el intento de hilvanar alguna jugada de riesgo ante la portería defendida por el experimentado meta Rogério Ceni.