Actualizado 13/06/2014 10:37

Brasileños por un día: miles de turistas lucen la "verdeamarela"

Aficionados esperan a que comience el partido inaugural del Mundial.
Foto: DAMIR SAGOLJ / REUTERS

 

   SAO PAULO, 13 Jun. (Reuters/EP) -

   Quizás los brasileños tienen sentimientos encontrados sobre la Copa del Mundo, pero el resto del planeta está luciendo con orgullo la famosa camiseta 'verdeamarela'.

   Muchos hinchas en los alrededores del Arena Corinthians de Sao Paulo, que inundaron el jueves de amarillo y verde la antesala del encuentro inaugural, ni siquiera podían pronunciar "Brasil" correctamente, pero esto no hizo mermar su entusiasmo.

   "Mi corazón es brasileño", dijo John Norris, un bombero jubilado de 62 años que viajó desde Miami a Sao Paulo con su hijo para ver el partido inaugural entre Brasil y Croacia.

   "También tengo la camiseta de Estados Unidos", destacó, señalando la camiseta de Brasil que llevaba puesta. "Pero aparte de eso soy brasileño hasta la médula. La gente es lo que hace a Brasil tan especial".

   La gloria futbolística de Brasil -el país de Pelé, Zico, Ronaldo y tantas otras leyendas- es venerada en todo el planeta. Los niños de las calles en países que van de Sudáfrica a Escocia, o de Japón a Haití, a menudo usan la mágica camiseta de los pentacampeones del mundo.

   Es, en muchos sentidos, el equipo del mundo.

   El analista computacional Rakphong Wonguenai, que viajó desde Bangkok con un grupo de amigos, entró al estadio con una camiseta de Neymar y el blanco, rojo y azul de la bandera tailandesa envuelta alrededor de su cabeza.

   "Amamos Brasil", dijo en un mal inglés. "Nos encanta su forma de jugar. Nos gusta su estilo. Son geniales", agregó.

   Sin embargo, muchos brasileños están molestos con la  organización de esta Copa del Mundo, el evento multimillonario que ven como una pérdida del dinero de los contribuyentes, fondos que podrían servir para mejorar los deficientes sistemas públicos de salud, educación y transporte.

   Las protestas contra el Mundial estallaron en algunas zonas de Sao Paulo horas antes del partido, pero el jueves por la tarde el ambiente empezó a cambiar y era posible ver a miles de aficionados en las calles con camisetas amarillas.

   "Ellos tienen que ganar", dijo Ikmal Owara, un canadiense que llevaba una camiseta de Brasil y una peluca amarilla y verde. "Este es su país. Este es su deporte. Las probabilidades están a su favor. Todas las probabilidades".