Por Brian Homewood
BRASILIA, 18 jun, 18 Jun. (Reuters/EP) -
- El delantero de la selección colombiana de fútbol Teófilo Gutiérrez enfrentaba dos desafíos antes del inicio del Mundial: tratar de hacer olvidar a su país la ausencia de Radamel Falcao García y romper la maldición del número nueve.
Gutiérrez, quien seguramente vuelva a encabezar el ataque de Colombia el jueves contra Costa de Marfil, ya superó uno de esos retos al convertirse en el primer jugador con la casaca número nueve del equipo sudamericano que anota un gol en un Mundial.
Aunque el número nueve es tradicionalmente usado por el goleador del equipo en el fútbol sudamericano, para los colombianos se había transformado en un sinónimo de lo contrario.
Jaime Silva utilizó el número en el debut mundialista de Colombia en 1962, pero no pudo encontrarse con la red. El siguiente fue Miguel Herrera, quien tampoco pudo hacerlo cuando Colombia regresó a los Mundiales 28 años después.
Cuatro años más tarde, la casaca quedó en manos de Iván Valenciano, conocido como "El Gordo", que jugó apenas 45 minutos en la frustrante campaña de la selección colombiana y tampoco pudo hacer goles.
En 1998, el número fue propiedad de Adolfo Valencia, pero incluso a pesar de que había anotado dos tantos en 1994 con la casaca 11, el delantero apodado "El Tren" no pudo volver a lograrlo tras un mal desempeño del equipo colombiano, que marcó solo un gol en tres partidos.
Aunque Gutiérrez ha vivido bajo la sombra de Falcao, fue casi igual de efectivo en la eliminatoria sudamericana, ya que convirtió seis goles en comparación con los nueve del jugador del Monaco.
Desde la lesión de rodilla de Falcao, el entrenador José Pekerman ha elegido a "Teo" por encima de Jackson Martínez y de Carlos Bacca, aunque con las buenas opciones ofensivas de Colombia no puede descuidar su puesto.
Gutiérrez, de 29 años, juega actualmente en River Plate de Argentina, aunque su volátil personalidad previamente lo ha tenido poco tiempo en distintos clubes en Turquía, Argentina y México.
Los hinchas colombianos ahora esperan que pueda sostener su olfato goleador al menos durante el Mundial. El, por su parte, se muestra tranquilo desde su llegada a River.
"La verdad es que hay que dejar el corazón y el alma en la cancha", dijo Gutiérrez a medios colombianos tras la victoria 3-0 ante Grecia en el debut en Brasil. "Como cualquier goleador o delantero, siempre quiero convertir. Esa es la recompensa por el trabajo y la humildad", afirmó.