Actualizado 15/06/2014 21:08

MUNDIAL-La Copa brinda a la remota Cuiabá sus anhelados minutos de fama

Por Mary Milliken

CUIABA, Brasil, 15 jun, 15 Jun. (Reuters/EP) -

- En Cuiabá suelen decir que existen dos estaciones: invierno e infierno.

No es la clase de descripción de clima que normalmente atraería a hordas de visitantes a la capital estatal más calurosa de Brasil, una localidad agrícola conocida como "un infierno" por sus sofocantes temperaturas que superan los 45 grados centígrados en el verano.

Pero el Mundial que se juega actualmente en el "invierno" de Cuiabá -con unas temperaturas consideradas moderadas en 33 grados centígrados- ofrece a este antiguo remanso de 550.000 habitantes la atención internacional que anheló por largo tiempo.

Tras años de agitada actividad por las obras en construcción y de una extendida decepción por los trabajos que quedaron incompletos, el primer partido que se realizó en Cuiabá entre Chile y Australia en el nuevo estadio Pantanal llenó a sus residentes de orgullo.

"Ahora la gente conoce a Cuiabá", dijo Aroldo Rodrigues, quien vende el famoso pescado de río de la región en el mercado del puerto. "El estadio es realmente hermoso. La imagen que proyectamos es genial. La gente se divirtió y ha sido seguro", sostuvo.

Ha sido un largo camino para Cuiabá, que al igual que Manaos tuvo que hacer una intensa campaña para ser elegida como sede del Mundial.

Inicialmente, la FIFA -el organismo que rige el fútbol internacional- sólo deseaba 10 sedes para el torneo, pero Brasil quiso incluir dos ciudades más a fin de promover sus tesoros naturales únicos: los humedales de la zona de Pantanal cercanos a Cuiabá y la selva amazónica que rodea a Manaos.

Ambas ciudades han sido criticadas por ser demasiado calurosas, ubicarse a una distancia excesiva de los grandes centros urbanos de Brasil y por estar mal preparadas para recibir a los equipos y turistas.

La policía del estado de Mato Grosso reportó 12 casos de robos menores relacionados con turistas cerca del estadio el viernes por la noche y estaba investigando dos casos de intentos de violación.

Pero quienes llegaron a la ciudad atraidos por el Mundial dicen que la mala reputación quizás es injusta.

"Pensé que Cuiabá sería mucho menos desarrollada y más rural, pero no es así", dijo Francisco Quesada, de 33 años, un profesor chileno que llegó hasta la ciudad siguiendo a la selección de su país.

Quesada agregó que los cuiabanos, como se les conoce a los locales, "están tan felices de ser sede del Mundial que son muy amigables con nosotros".