Por Rex Gowar
BUENOS AIRES, 7 mayo, 7 May. (Reuters/EP) -
- Los paralelismos entre Alejandro Sabella y Carlos Bilardo, el entrenador campeón del mundo con Argentina en 1986, son suficientes como para convencer a algunos hinchas de que llegó el momento de que el equipo "albiceleste" gane su tercer Mundial.
El vínculo es Estudiantes, el club de La Plata que ganó cuatro veces la Copa Libertadores de América, tres con Bilardo como jugador a fines de los años 60 y otra con Sabela como técnico en el 2009.
Cuando Bilardo jugaba, Estudiantes disputó tres finales de la ex Copa Intercontinental -ahora Mundial de Clubes- y ganó una en 1968. Con Sabella como entrenador, el club volvió a disputar el título mundial, pero perdió en la final con el Barcelona.
Las dos personalidades también trabajaron juntos a principios de los años 80. Renovado tras su experiencia inglesa en Sheffield United, donde todavía es muy bien recordado por los hinchas, y Leeds United, Sabella fue dirigido por Bilardo en Estudiantes, donde ocupó el rol de mediocampista creativo en un equipo que ganó dos títulos de liga.
El hecho de que Sabella, de 59 años, haya elegido a Belo Horizonte como sede de Argentina en el Mundial no es una sorpresa. Se trata de la ciudad en la que obtuvo su mayor logro como técnico, cuando Estudiantes ganó la Copa Libertadores en el 2009, con Juan Sebastián Verón como capitán.
Bilardo eligió a Diego Maradona como capitán de la selección argentina en 1983 y tres años después ganaron el segundo título mundial para el país en México. Sabella, por su parte, dio a Lionel Messi la capitanía tan pronto como asumió el cargo en el 2011.
Además, Sabella llegó a la "albiceleste" con Bilardo como coordinador de selecciones de la federación argentina.
Sabella tiene experiencia previa en Mundiales, ya que fue asistente del entrenador Daniel Passarella en Francia 1998 y muchos sospechan que fue el cerebro detrás de las tácticas de aquel equipo argentino que llegó a cuartos de final.
DELANTEROS TEMIBLES
La escuela de entrenadores de Estudiantes favorece el pragmatismo por sobre el fútbol atractivo, pero la paradoja es que Sabella tiene una selección con un ataque que rebosa de talento y una defensa que suele ser criticada, y él mismo reconoce que tiene que trabajar para dar más equilibrio al equipo.
"Mi trabajo es disfrazar ese desequilibrio de la mejor manera posible. A veces pudimos y otras fue mucho más difícil", dijo Sabella a periodistas en su regreso a Buenos Aires tras un empate 0-0 ante Rumania jugado el 5 de marzo en Bucarest, como parte de los preparativos para el Mundial.
"Argentina tiene una delantera temible. El tema es (cómo los rivales) ocupan los espacios. Así nos pueden lastimar y defender. Es un tema mental, físico y técnico. Alemania lo hace muy bien (...) logran ese desdoblamiento que te lastima, cuando no tienen la pelota se rearman rápido", destacó.
Con Messi en su equipo, Sabella busca privilegiar tácticas que puedan sacar lo mejor de su capitán y figura, al tiempo que incita a sus delanteros, capaces de dañar a los rivales con veloces y precisos contraataques, a ayudar en defensa cuando el equipo no tiene la pelota.
"Esperemos tenerlo siempre (a Messi), pero tenemos otras alternativas. Con Messi es una cosa y sin él otra, lógico", sostuvo el entrenador. "Pero si Messi no está en la cancha no es poca cosa".
(Traducido por Damián Pérez, editado por Javier Leira)