Por Robert-Jan Bartunek
BRUSELAS, 7 mayo, 7 May. (Reuters/EP) -
- Una cómoda clasificación y una reserva de talento joven que es la envidia de la mayor parte de Europa hacen de Bélgica una de las selecciones favoritas para el Mundial, aunque la falta de experiencia y los serios problemas de definición podrían ser un obstáculo en su progreso.
Las casas de apuestas colocan a Bélgica, en su primer Mundial desde el 2002, como quinta favorita detrás del anfitrión Brasil, los ex campeones Argentina y Alemania, y el monarca defensor España.
Es fácil ver la razón. El arquero Thibaut Courtois descolla en el Atlético de Madrid, el capitán Vincent Kompany sostiene la defensa del Manchester City, un rico mediocampo cuenta con las deslumbrantes jugadas de Eden Hazard, del Chelsea inglés, y un gigante como Romelu Lukaku puede destrozar una defensa.
En vísperas de su campaña clasificatoria en el 2012, un periódico belga calculó que en términos de transferencias, los 11 titulares de la selección eran los terceros más costosos en el mundo por detrás de Brasil y Portugal.
El talento va más allá de los 11 titulares y, con un promedio de edad de 25 años, Bélgica aún tiene muchas posibilidades de mejorar.
El ascenso de la selección en el ranking de la FIFA desde el puesto 68 cuatro años atrás a estar entre los 10 primeros es el resultado de una maduración del equipo tras abultadas transferencias de jugadores a ligas extranjeras que ayudaron a desarrollar una mentalidad más fuerte.
Los momentos cruciales para el equipo fueron la designación del técnico Marc Wilmots en mayo del 2012 y una victoria 4-2 sobre Holanda en un amistoso jugado en agosto de ese año.
Wilmots se lleva mejor con su grupo que su predecesor Georges Leekens. Bélgica se aseguró victorias cuando las necesitaba y mostró momentos brillantes.
Sin embargo, recientes amistosos antes del Mundial, en el que los "Diablos Rojos" enfrentarán a Argelia, Rusia y Corea del Sur en el Grupo H, fueron más aleccionadores.
Bélgica cayó 2-0 ante Colombia, su defensa fue destrozada por Japón en una derrota 3-2 y permitió una ventaja de dos goles en marzo en un empate con Costa de Marfil.
ALTIBAJOS
El desempeño de Hazard para Bélgica no ha sido tan bueno como para su club, y la defensa ha mostrado poca solidez en ocasiones, aunque no tuvo a Kompany en sus dos últimas derrotas.
Sin embargo, el mayor desafío de Bélgica será su capacidad ofensiva. Christian Benteke, del Aston Villa, ya ha mostrado que es capaz de crear goles de la nada pero también de perder oportunidades seguras.
Su lesionado tendón de Aquiles significa que Bélgica dependerá solo de Lukaku, un jugador que ha prosperado desde que desperdició un penal para el Chelsea en la Supercopa de la UEFA y fue transferido a préstamo al Everton.
Bélgica también podría apostar por Adnan Januzaj ya que el delantero de 19 años del Manchester United, nacido en Bruselas y que podría jugar para varios países, eligió Bélgica en abril.
Bélgica tiene mediocampistas con gol, en particular Kevin De Bruyne, goleador con cuatro tantos en la eliminatoria, pese a que también perdió la confianza tras regresar al Chelsea de un préstamo. Luego de un período poco feliz, fue vendido al Wolsfurgo de Alemania.
Esos jugadores y otros brindan un aspecto positivo a la selección belga: juegan en importantes equipos de las principales ligas europeas.
Muchos juegan en Inglaterra: Jan Vertonghen, Mousa Dembele y Nacer Chadli en el Tottenham Hotspur, el guardameta Simon Mignolet es titular en Liverpool, Thomas Vermaelen está en el Arsenal. En tanto, Daniel van Buyten defiende al Bayern Munich.
Sin embargo, al final, si Bélgica puede superar su mejor resultado en un Mundial, el cuarto puesto de 1986, depende de su capacidad de recuperar la regularidad mostrada en una sólida aunque nada espectacular eliminatoria.
Al menos, sus jugadores no se sentirán intimidados de jugar frente a grandes y fervientes multitudes en impresionantes estadios.