Actualizado 06/07/2014 07:45

¿Jugar lindo o ganar? Ese no es un problema para Scolari

 

   SAO PAULO, 6  (Reuters/EP) -

    La selección brasileña ha ganado varios partidos sin jugar bien pero así y todo está en las semifinales del Mundial, por lo que no es momento para preocuparse por ese detalle.

   El entrenador Luiz Felipe Scolari sabe desde hace mucho que el fútbol se trata de ganar, no de jugar lindo.

   Tras eliminar a Chile por penales en los octavos de final, Scolari dijo que su equipo estaba siendo demasiado bueno con los rivales y que "a lo mejor es hora de defendernos y volver a mi propio estilo, un poco más agresivo".

   Y sus dirigidos le hicieron caso en su trabajada victoria 2-1 sobre Colombia que le dio el pase a la instancia de los cuatro mejores, donde se medirá con Alemania.

   La imagen que perdurará del partido es la de Neymar tirado en el suelo tras recibir un rodillazo en la espalda de Camilo Zúñiga que le produjo una fractura en una vértebra y lo dejó fuera del Mundial.

   Pero lo que está claro es que Brasil no fue ninguna víctima, ya que cometió 31 faltas contra 23 de Colombia, y tuvo suerte de que el arquero Júlio César no fuera expulsado en la jugada que terminó en el gol de penal de Colombia.

   El mediocampista James Rodríguez, el mejor jugador de Colombia, recibió seis faltas, al igual que Juan Cuadrado. Y Zúñiga fue golpeado en cinco ocasiones.

   Los jugadores de Brasil "se turnaban para pegarle a James Rodríguez", escribió Andre Kfouri en la edición del sábado del diario deportivo Lance!.

   Paradójicamente, ningún jugador de Brasil recibió más de cuatro faltas en todo el encuentro, de acuerdo a las estadísticas de la FIFA.

   Scolari sabe lo que hace y tiene todo para perder tras prometerle una y otra vez a sus hinchas que Brasil ganará su sexta Copa esta vez. La presión sobre el equipo es enorme.

   Pero hay que decir la verdad: este Brasil no es el mejor de su historia, pero tampoco el peor, y los hinchas lo saben.

   El estilo del equipo puede decepcionar a algunos puristas, pero a ningún hincha en Sao Paulo, Río de Janeiro o Belo Horizonte le importará demasiado la manera en que gane sus partidos si el 13 de julio el equipo levanta la Copa del Mundo.

   Puede que muchos quieran ver jugar a su selección "a la manera de Brasil" y sepan que tienen algunos futbolistas que pueden lograrlo. Pero en este momento el objetivo es ganar.

   El hecho es que cuando se trata de juzgar los altos estándares del fútbol, a Brasil se le mide distinto. El "scratch" tuvo un desempeño tan sublime cuando ganó el Mundial de 1970 y de nuevo en 1982 que redefinió el concepto de "jugar bien"

   Scolari sabe ganar a cualquier precio y lo hizo cuando pasó  por Gremio y Palmeiras -lanzando un balón al campo mientras el partido estaba en juego para desconcentrar a los rivales- y con Brasil cuando guió a su selección a ganar la Copa en 2002.

   Felipao está a dos partidos de volver a lograrlo, y será un héroe si lo consigue. Y llegado ese momento, no tendrá que pedirle disculpas a nadie si los puristas no están del todo conformes.