Por Camila Ramírez
FORTALEZA, Brasil, 3 jul, 4 Jul. (Reuters/EP) -
- La selección colombiana ha tenido un gran respaldo de sus hinchas en Brasil, solamente superada por el local, y aunque las cosas van a cambiar el viernes en Fortaleza, los simpatizantes del conjunto "cafetero" que estén en el estadio harán todo lo posible para que sus futbolistas no se sientan visitantes.
Unos 60.000 espectadores han acompañado a Colombia en cada uno de sus cuatro partidos previos, pero el número caerá drásticamente en el encuentro por los cuartos de final ante el "scratch".
El ambiente en Fortaleza no se siente tan colombiano como lo fue en los partidos del equipo en Belo Horizonte, Brasilia, Cuiabá o Río de Janeiro, pero los aficionados sí esperan que "la fiesta sea colombiana, porque vamos a festejar contra Brasil", como anticipó Rodrigo Martínez, un hincha que mostraba orgulloso su boleto para el partido, por el que pagó 1.200 dólares.
En un Mundial con muchísimos hinchas sudamericanos, la "marea amarilla" colombiana se ha destacado en las tribunas, casi tanto como los jugadores del entrenador José Pekerman en el campo de juego.
"Veníamos preparados para la primera ronda y los octavos, pero ahora tuvimos que quedarnos hasta los cuartos y ojalá por todo el Mundial", afirmó Carlos Pérez, un aficionado colombiano que llegó a Fortaleza vía terrestre, desde Natal.
Los hinchas colombianos no podrán sostener la supremacía mostrada hasta ahora cuando su equipo se presente en la capital del estado de Ceará, porque enfrentan al anfitrión, que colmará las graderías y les dejará alrededor de 8.000 localidades.
"Esta selección ya nos dio mucho, James está en un gran nivel y ahora queremos dar la gran sorpresa contra Brasil, pero si no se da, los aplaudiremos por esta gran actuación", dijo por su parte Carolina, esposa de Carlos.
Esta pareja de antioqueños ha estado en los cuatro partidos de la selección y llegó a Fortaleza para el quinto encuentro.
Pero la emoción no solamente se sentirá en Fortaleza, ya que el Gobierno de Colombia determinó dar la tarde libre a más de 500.000 funcionarios públicos para que vean el partido contra Brasil, una medida que se extenderá a millones de empleados del sector privado.
El encuentro del viernes mantiene en suspenso a la mayoría de los 47 millones habitantes del país sudamericano.
"Vamos a modificar los horarios para que todos puedan ver el partido", dijo el presidente Juan Manuel Santos, quien viajará a Brasil para ver el duelo ante Brasil y apoyar al equipo de Pekerman.