Actualizado 20/09/2006 22:16

Mundial.- Rusia frustra el sueño medallista de una luchadora España


SAO PAULO (BRASIL), 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

La selección española no pudo alcanzar unas históricas semifinales en el Mundial de baloncesto femenino de Brasil tras caer por un ajustado 56-60 ante Rusia, actual subcampeona mundial y europea, que sacó partido de su mayor tranquilidad y acierto en el tramo decisivo.

Y es que el sueño medallista de las de Domingo Díaz duró hasta que restaban nueve segundos para el final del encuentro. En ese instante, Amaya Valdemoro había tomado la responsabilidad, pero su penetración no quiso entrar para empatar a 58. Vodopyanova sentenció desde los tiros libres y condenó a una luchadora España a igualar al menos el quinto puesto de hace cuatro años.

Las españolas no se arrugaron en ningún momento ante la corpulencia de su rival. Fueron arrolladas en el rebote (25 por 39, 13 de ellos ofensivos), pero su carácter, su gran defensa y su tiro exterior equilibró la balanza hasta límites insospechados.

La semifinal fue equilibrada excepto en el primer cuarto, donde el combinado nacional rayó la perfección. El resultado fue una ventaja de diez puntos que hacía soñar con cualquier objetivo (21-11). Desde ese momento, Rusia despertó y apretó con una defensa zonal que dejó a la selección más de siete minutos sin anotar para un total de seis puntos y sólo una canasta en juego en el segundo parcial.

Todo se igualó. Las subcampeonas mundiales, lideradas por Vodopyaniova y Kurstin y su superioridad bajo los tableros, tomaron la iniciativa, pero la resistencia española fue encomiable. Valdemoro aceptó la responsabilidad, y con la colaboración de Elisa Aguilar, volvió a meter a España de lleno en su sueño (46-41, min.30).

Los diez minutos finales debían decidir el pase. Entre errores, defensas y pelea bajo los aros, las de Domingo Díaz entraron por delante en el tramo decisivo (53-51, min.37). Cinco puntos consecutivos de Shchegoleva voltearon el electrónico y dieron paso a un parcial de 0-7 que parecía definitivo (53-58). Valdemoro y compañía no se rindieron, pero el último esfuerzo no tuvo recompensa.